Los restos de Enrique Castro "Quini" descansan ya en el cementerio de La Carriona (Avilés). Esta mañana familiares y amigos más cercanos se despidieran de él en un emotivo entierro. Medio centenar de personas quisieron darle el último adiós al exfutbolista, cuyos restos fueron recibidos en medio de un sonoro aplauso.

Tras la ceremonia, oficiada por el párroco Alfonso Abel, aficionado al fútbol y socio del Sporting, la familia de El Brujo, hermano de Quini, fallecido en 1993 después de salvar la vida a dos personas que había arrastrado el mar, que también se encuentra en el cementerio avilesino.

Quini ya descansa junto a su hermano en el cementerio de La Carriona

Quini ya descansa junto a su hermano en el cementerio de La Carriona

El entierro tuvo lugar después del emotivo y multitudinario funeral vivido ayer en El Molinón.

La última noche en que Quini puso en pie a El Molinón

"Hasta siempre, amigo". Aprovechando unos instantes de silencio, mientras sus compañeros introducían el ataúd con los restos de Quini en el coche fúnebre, una voz retumbó en la noche fría y triste de El Molinón. Una vez más, la última en su presencia, El Brujo había conseguido poner de pie a miles de personas, doce mil según la mayoría de las estimaciones. Fue el colofón a un funeral que mezcló la tristeza por la pérdida con el orgullo de pertenencia. Porque a estas alturas Quini es un poco de todos, como se comprobó en su despedida en el que, incluso ya oficialmente, es su campo. Porque El Molinón, el Sporting, el fútbol, no serían lo mismo sin Quini.

Las emociones se concentraron en muy poco tiempo. Menos de 24 horas después de que el corazón de Quini se parase definitivamente, el sportinguismo desafió todos los imponderables para rendirle tributo.