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Cuando Quini era "Quinín"

El Brujo pasó cinco años en la calle Bermúdez de Castro y su abuela tenía una carnicería en el Fontán

la casa de la abuela adela. I. C.

Para los de casa siempre fue "Quinín". En la familia se sigue un orden lógico y el apodo de "Quini" ya lo llevaba el padre del futbolista, que también se llamaba Enrique Castro, jugaba en el Vetusta de portero y se crió en la zona de San Julián de los Prados de la capital. De Oviedo "de siempre" también era la madre de El Brujo, María Elena González, que a su vez tenía otros siete hermanos y un montón de sobrinos. Nuestra familia es toda de Oviedo, por eso él también nació aquí. Ahora mismo tenemos otros nueve primos en común que siguen viviendo en la ciudad", explica Jesús Enrique González, "Chusi", primo de El Brujo, que formó parte de la plantilla que ascendió al Real Avilés a Segunda División en 1990.

La casa en la que Quini pasó los cinco primeros años estaba situada en la calle Bermúdez de Castro, en la zona también conocida como Campo de los Reyes, aunque hace tiempo que desapareció para dejarle sitio a un bloque de edificios. "Estaba entre lo que hoy son los números 60 y 70. Ya no me acuerdo muy bien, pero se que justo enfrente había un bar que se llamaba 'Las Villas'. Aquella casa era de mi abuela y por allí iban pasando todos sus hijos justo después de casarse. Era un poco la casa de toda la familia, porque éramos muchos y aquel era el punto de reunión", explica "Chusi". La abuela, Adela García, que tuvo una carnicería en El Fontán durante muchos años, tenía siete hijos: María Elena (la madre del Brujo), Jesús (el de "Chusi"), Berta, Azucena, Adelina, Enedina y José Antonio", que se ahogó en Candás hace años.

Quini se marchó a Avilés con cinco años, pero nunca perdió el contacto con Oviedo. "Yo seguía viviendo con mi abuela en aquella casa de Bermúdez de Castro. 'Quinín' y mi otro primo, que para nosotros es Susi (por el también fallecido Jesús Castro), venían a vernos a veces después de entrenar y tengo muchos recuerdos. Por ejemplo nunca olvidaré que se tomaban un vaso de sidra lleno hasta arriba de leche de un solo trago", afirma el primo del futbolista. "Mi primo era una persona maravillosa . Era un tío muy cariñoso y muy bromista y te lo pasabas siempre bien", dice.

En esa casa familiar del Campo de los Reyes, por ejemplo, "Chusi" se dio cuenta de la repercusión que tenía su primo como deportista. "Estaba jugando en el Barcelona y vino a vernos cuando acabó la temporada, como hacía siempre. Por esa época tenía un codo fastidiado. Cuando estábamos en casa se corrió la voz de que estaba allí y empezó a venir tanta gente que casi no podíamos atenderlos. Él estaba encantado saludando a todo el mundo", recuerda José Enrique González.

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