Los Ángeles (LA), la meca del cine, cuenta desde este fin de semana con una nueva estrella: un sueco de 36 años y uno de los grandes del balón en su ocaso. Como Julio César, el delantero Ibrahimovic llegó, vio y venció en su estreno como jugador de Los Ángeles Galaxy en la MLS norteamericana. Su equipo jugaba el derbi local contra LA FC. Ibrahimovic salió a falta de veinte minutos para el final y con un marcador desfavorable de 1-3. Y el sueco sacó la varita mágica. Inició la jugada del 2-3, obra de Chris Pontius. Y poco después la locura. Ibra iba a firmar la jugada del encuentro: vio al portero rival adelantado y con una volea desde 35 metros consiguió el empate (3-3). El delirio se apoderó de los aficionados angelinos y del propio Ibra, que se quitó la camiseta para enseñar torso y tatuajes a su nueva hinchada.

Pero el sueco aún se guardaba una sorpresa. La dejó para el tiempo de descuento, cuando con un remate de cabeza logró el 4-3 definitivo. La galaxia de Hollywood ya tiene nueva estrella.