La salud de Pelayo Novo evoluciona favorablemente dentro de la gravedad. El exjugador del Oviedo, que el sábado se precipitó desde el tercer piso de un hotel en Huesca cuando estaba concentrado con el Albacete, va mejorando poco a poco de sus múltiples lesiones, de las que fue operado el mismo sábado en una intervención de casi seis horas. El futbolista, que sigue en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Clínico de Zaragoza acompañado de su familia, ya ha recuperado toda la consciencia y ha empezado a comer, según aseguran sus allegados más próximos. A pesar de estos avances, su estado de salud exige de momento la máxima prudencia y la máxima cautela y todavía no hay fecha para su traslado a planta. Todavía falta por conocer el alcance de alguna de sus lesiones, especialmente una en la zona de la espalda, que es la que más preocupación genera.

El fútbol, en general, y el Oviedo, en particular, sigue estando muy pendiente de la evolución del futbolista, un tipo muy querido y que dejó una gran huella en los sitios por los que pasó. Un ejemplo son las palabras de Quique Setién, actual entrenador del Betis, que lo dirigió en el Lugo en la temporada 2014-2015: "Me dejó marcado como futbolista y como persona", dijo el entrenador santanderino. "Es un chaval extraordinario", indicó.

Las muestras de cariño siguen llegando. Ayer, el Barcelona B mandó a Pelayo un mensaje de ánimo. La afición del Albacete está promoviendo acudir al estadio con un lazo blanco y dedicarle un aplauso en el minuto 18, su dorsal. Además, es de esperar algún gesto en el Lugo-Oviedo del domingo. Ambos son sus exequipos.