El Avilés no levanta cabeza. El cuadro de Xiel cayó derrotado ante un TSK Roces que llevaba catorce jornadas sin conocer la victoria. Un triunfo buscado por el conjunto de Florín y que, aunque no les sirve para abandonar el farolillo rojo, sí le vale para darse una alegría y llevarse la recompensa a su trabajo.

La primera parte del partido descubrió a dos equipos que están luchando en la zona baja y en el que mostraron un continuo querer pero no poder. Las acciones ofensivas morían en las manos de los porteros o eran las defensas los que ganaban las batallas. Hubo que esperar hasta el segundo minuto de la reanudación para observar una acción de peligro. Y terminó en gol. Zeus cazó un pase en profundidad de Cristian, recortó a su par y batió por bajo, de tiro cruzado, al meta Piquero.

Pese a verse por delante en el marcador, el equipo gijonés continuó apretando en busca de una sentencia, con Óscar como principal amenaza para la zaga avilesina. El centrocampista disparó primero cruzado y, en el minuto 68, provocó la expulsión por una entrada por detrás de Expósito, que vio la roja directa. A pesar de la inferioridad, el Avilés quiso quemar sus cartuchos, pero solo pudo contabilizar un remate desviado de cabeza de Luis Nuño.

El Roces tuvo más cautela con un hombre más sobre el terreno de juego y buscó salir con peligro al contragolpe por medio de Zeus. El delantero acusó la fatiga acumulada tras un balón largo. Su disparo acabó mansamente en las manos de Borja Piquero. El colista se dio una alegría a costa de un Avilés que queda en una situación delicada y que dejó pasar una oportunidad de oro.