La suerte también juega en la que para muchos es la prueba más dura de todo el calendario ciclista: la París-Roubaix. A ella acudía el gijonés Iván Cortina, con la moral por las nubes tras su buen hacer en el Tour de Flandes -donde estuvo escapado más de 150 kilómetros-, pero una desafortunada caída en uno de los tramos de pavés le mandó a casa antes de tiempo.

Fue en uno de los primeros tramos de pavé cuando el corredor del Bahrein-Mérida se fue al suelo tras un resbalón causado por el barro que se encontraba en la zona. Una caída en la que varios ciclistas se fueron al suelo, entre ellos Geraint Thomas (Sky). El gijonés se encontraba muy bien situado en ese momento de la carrera, en la parte delantera del pelotón principal, pero no pudo evitar irse al suelo. Una caída sobre su costado derecho en el que aseguró que se trataba "de chapa y pintura", pero de la que salió con molestias en el dedo gordo de su mano diestra, aunque se espera que no existan mayores daños.

El corredor gijonés contaba con muy buenas piernas para afrontar la carrera y su estrategia cambió con respecto al Tour de Flandes, optando por no buscar la escapada y cubriéndose más en el grupo principal esperando su oportunidad para los kilómetros finales, pero no pudo conocer sus impresiones debido a la caída que obligó a retirarse de la prueba. Ahora, el gijonés tendrá un parón y se entrenará con vistas a disputar el 1 de mayo el Premio de Frankfurt (Alemania) y, posteriormente, el Tour de Japón (del 20 al 27 de mayo) con lo que dará por finalizado su primer tramo de la temporada.

En lo referente a la prueba de ayer, el vencedor fue Peter Sagan. El eslovaco logró alzarse por primera vez con esta competición al superar en el velódromo de Roubaix al suizo Silvan Dillier. El campeón del mundo resolvió la prueba a 53 kilómetros del final sorprendiendo a sus rivales más directos. Niki Terpstra, uno de los grandes favoritos y vencedor en Harelbeke y el Tour de Flandes, fue tercero.

Una París-Roubaix que acabó en tragedia con la muerte del ciclista belga Michael Goolaerts, que sufrió un paro cardiaco en el pavé de Briaste. El joven ciclista, de 23 años, del Vérandas Willems-Crélan, tuvo que ser reanimado en la misma cuneta antes de ser trasladado al hospital en estado grave, donde finalmente falleció.