Yohanna Alonso lo ha vuelto a hacer. La gijonesa, destinada desde hace varios años en el cuartel de la Guardia Civil de Cistierna, se acaba de proclamar por segundo año consecutivo campeona del mundo de muay thai en la categoría de -63 kilos. Un campeonato que tiene aún más mérito que el logrado en la edición del 2017 ya que lo consiguió tras recuperarse de una grave lesión en una rodilla.

Alonso se rompió en agosto del pasado año la triada en la rodilla izquierda, una de las lesiones más graves que puede sufrir un deportista y cuya recuperación es larga y laboriosa para todo el mundo. El contratiempo no arredró a la gijonesa. En septiembre se operó y comenzó la recuperación. En enero de este año volvió a pasar por el quirófano para que le quitaran los clavos que le pusieron y dos meses después se proclamó campeona del mundo.

A Alonso la localidad tailandesa de Ayuttaya le trae buena suerte. Allí se proclamó hace tres años subcampeona del mundo y en el 2017 y este año, campeona. Fue una victoria por la vía rápida. Su rival, Sudarat Mungchongchang, le duró un asalto. Alonso compagina los duros entrenamientos con su trabajo en la Guardia Civil de León, donde está dedicada a la protección a las mujeres maltratadas. Además de ser la mejor del mundo en su peso en la disciplina de muay tahi también es luchadora de MASL, cinturón azul de jiu jitsu, instructora de jeet kuned do y entrenadora nacional de krav maga, todas ellas artes marciales relacionadas con la defensa personal, aspecto este en el que también suele dar cursos. Cumplido este sueño, Alonso prepara el Campeonato de España en junio.