El Real Avilés ha pasado unos años en los que miró arriba e, incluso, militó en Segunda B, pero de nuevo se encuentra como hace nueve años, como en aquella temporada 2008-2009 en la que se salvó en la última jornada de caer a Preferente. "Yo tengo muy buen recuerdo de aquel año. Fue poco tiempo el que estuve, pero al final fue bonito. Ver lo unidos que estaban los jugadores, motivados, fue lo que nos dio el salvarnos", recuerda el entrenador Paco Fernández, que llegó al banquillo en febrero de 2009 para sacar al Avilés del pozo.

Finalizada la jornada 33 de aquella campaña, el equipo ocupaba la 17.ª posición de la tabla, como lo hace ahora, y acababa de romper una racha de trece partidos sin ganar al vencer al Siero. Ganaron tres de los partidos que quedaron y acabaron en la 11.ª posición, aunque garantizando la salvación en la última jornada.

"Con tantos jugadores como han pasado este año por el Avilés, es muy complicado conseguir la estabilidad necesaria para no pasar apuros, lo entiendo", sostiene Paco. El técnico cree que en aquella temporada la clave estuvo en la mentalidad de los jugadores y en sus ganas de salvar al Avilés: "Conseguir que los jugadores se unan y se motiven es muy importante porque si no hay esa mentalidad, donde algo ya es difícil, como es el caso, se hace imposible. Poco se puede hacer a nivel físico. Sobre todo, lo importante es la cabeza, la mentalidad del jugador, que crea en lo que hace". Aquel equipo también tuvo problemas con los sueldos. "Creo que de aquella los chavales fueron muy honestos, aguantaron el problema de no cobrar hasta el final, no sé cómo", recuerda el entrenador. Al acabar la temporada 2008-2009, se negoció con el entrenador su continuidad, pero finalmente no cuajó: se supo que él exigió garantías de cobro para los jugadores en la siguiente temporada. De hecho, parece una de las convicciones de Paco, porque en 2014 el Racing se plantó en Copa del Rey porque los jugadores no cobraban y él ocupaba el banquillo y los apoyó.