El Llanes atropelló a un Lugones que fue un cadáver futbolístico al que le cayó media docena de goles como pudo haber encajado el doble, pues estuvo a merced de los verdiblancos y por momentos no opuso resistencia. No obstante, a pesar de la debilidad del rival, el equipo local nunca bajó el diapasón, apretó hasta el final y exhibió una ambición goleadora olvidada por estos lares. La historia del partido la marcan los goles. Ya se atisbaba la gran tarde de Pablo Prieto en dos testarazos que se le fueron desviados, pero a la tercera, tras un gran servicio de Bruno, el cabraliego no perdonó y cabeceó a la red por encima de Pablo. Dos minutos después, el goleador se convirtió en asistente de Jorge Rodríguez que, a la segunda, batió al dubitativo meta visitante. Poco antes del descanso, Marcos aprovechó una falta botada por Mati tras una tontería de Pascual para batir sutilmente la meta local y poner algo de incertidumbre en las gradas.

Pero, entre los minutos 56 y 58, en dos jugadas de estrategia, el Llanes liquidó el encuentro. Primero la puso Aitor para que Diego rematase el tercero y después fue Bruno el que, a la segunda, aprovechó un córner de Pascual. El festival Prieto no había concluido y, tras estrellar un balón en la cruceta, realizó una fenomenal jugada que aprovechó Jorge Rodríguez para hacer el quinto. La cosa acabó como empezó, con un buen centro de Bruno que, esta vez con el pie, Prieto remató a la red.

La competición le concede al Llanes otra oportunidad tras la derrota del Covadonga en Luanco. Veremos si esta vez se libra de miedos y mezquindades y se lanza a aprovecharla, como desea la sufrida afición que por fin vio correspondida su fidelidad.