El Unión Financiera volvió a caer en Palencia y se jugará su continuidad en el play-off de ascenso a la ACB mañana, martes, a las 20.45 horas, en el polideportivo de Pumarín. El equipo ovetense hizo ayer el peor de los cuatro partidos que lleva en la eliminatoria ante el Palencia y fue incapaz de frenar a un genial Urko Otegui. A pesar de todo, los asturianos tuvieron opciones, se pusieron por delante a 4.35 del final (74-75) y fueron incapaces de dar continuidad a esa reacción.

Y es que lo del Oviedo en Palencia parece una maldición, un fenómeno difícil de explicar por el cual, sea como sea el guión del partido, la victoria se queda en la ciudad castellana, especialmente si se trata de un play-off de ascenso. Nunca el equipo ovetense ha ganado allí cuando ha disputado una eliminatoria por subir a la ACB. Y ya van tres.

La derrota de ayer, mucho más clara que la del viernes, abunda en la teoría de la maldición. El Unión Financiera tuvo dos momentos buenos, en los inicios del primer y del último cuarto, y en los dos tiró por la borda lo logrado, como si no se creyera nunca que es posible ganar allí. El resto del partido fue para un Palencia que volvió a estar liderado por un imperial Otegui. El ala-pívot vasco anotó 24 puntos, cogió 6 rebotes, recibió 10 faltas y dio un recital ante el que tan sólo cabe quitarse el sombrero.

Los de Carles Marco tratarán de agarrarse al factor cancha que se ganaron en la Liga regular (Oviedo fue cuarto y Palencia séptimo) para seguir adelante en la lucha por el ascenso a la ACB. El que se imponga se enfrentará al ganador del duelo entre el ICL Manresa y el Leyma Coruña, quinto partido que también tendrá lugar mañana.

Para pasar de ronda, haría bien el cuadro asturiano en recuperar la principal arma que ha tenido en los tres primeros partidos, incluso en el que perdió (64-60) el viernes: la defensa. El equipo de Carles Marco permitió demasiadas canastas fáciles al Palencia y fue incapaz de frenar a Otegui. El ritmo, más alegre y con más anotación que en los anteriores encuentros, tampoco le fue bien a un Oviedo Baloncesto que, a pesar de todo, consiguió ponerse por delante a 4.35 del final (74-75). Una canasta de Oliver Arteaga culminaba una remontada que, visto lo visto durante el encuentro, parecía una quimera.

Víctor Pérez, Barro, Vrkic y el propio Arteaga fueron los protagonistas de los mejores minutos del equipo de Carles Marco. Unos minutos que estuvieron acompañados por un paso adelante en defensa que durante unos pocos minutos secó la anotación palentina.

Lo que era difícil de predecir es que los ovetenses iban a tirar por la borda tan rápido una remontada que tanto les había costado protagonizar. Fue ponerse por delante el Unión Financiera y, acto seguido, Otegui sacó por enésima vez una falta y dos tiros libres que convirtió y que le valieron al Palencia para recuperar la iniciativa en el marcador. A partir de ahí, todo fue un despropósito de los visitantes. A un mal ataque le siguió un triple de Grimau y a otro error ofensivo una antideportiva clarísima de Barro que sentenció el partido.

Como sucedió el viernes, el Unión Financiera salió bien al partido y consiguió una renta de siete puntos (1-8) con tres minutos disputados. Fue un espejismo. Palencia, sin hacer nada del otro mundo en ese inicio, apretó el marcador (17-18) antes de afrontar el segundo cuarto. Un parcial en el que se desató el Palencia. Estuvo soberbio el exjugador del Unión Financiera Cvetinovic y muy bien Presley. Palencia cogió un buen colchón que mantuvo hasta el fallido arreón final de los visitantes.

Al Oviedo se le aparecieron todos los fantasmas. Le toca conjurarlos, sin miedo, defendiendo, con su público, volviendo a hacer de Pumarín un fortín.