Otra vez Nino. El veterano goleador volvió a sacar a relucir su olfato goleador ante el Sporting, una de sus mayores víctimas durante su carrera deportiva. Si al primer equipo sportinguista ya le endosó siete goles durante su carrera deportiva, ayer, fue el Sporting B el que comprobó su eficacia en el área rival. El almeriense se llevó todos los focos, pero no deslució el soberbio partido realizado por el filial rojiblanco que se trae un 2-1 que le abren las puertas a la ilusión de cara al duelo de vuelta en Gijón el próximo domingo (16 horas, Mareo).

En el Martínez Valero, rodeado de un ambiente de gala con más de 15.000 espectadores, al Sporting B no le temblaron las piernas y firmó una primera parte digna de una categoría superior. No se intimidó, jugó con templanza y fue muy atrevido en ataque. No en vano, el equipo de Pacheta se vio sorprendido por la imagen y la valentía mostrada por el equipo de José Alberto López que puso el peligro por mediación de Traver. El valenciano fue el protagonista en dos minutos. Primero al rematar de cabeza un centro de Víctor Ruiz que se fue por escasos centímetros y, poco después, por exponer una de sus cabalgadas que solo José Juan pudo frenar.

El Sporting B se ganó el respeto de un conjunto armado para el ascenso, con jugadores de talla y experiencia, pero en el que los papeles parecían totalmente cambiados. Los rojiblancos dominaron, expusieron, se defendieron con firmeza y, además, lograron un gol que puede ser tremendamente importante en la eliminatoria (que queda abierta). Cristian Salvador fue el más poderoso en el centro del campo, pero también para rematar a la red un centro de Pedro Díaz que ponía el 0-1 ante el delirio de los rojiblancos. Era el colofón a una primera parte impecable, en la que no tuvo ni una sola fisura.

En la reanudación, el Elche salió a atrincherar a los rojiblancos con más corazón que cabeza y Pacheta dio entrada en el minuto 59 a Nino. El almeriense cambió radicalmente el partido, por el respeto que impone y por jugar con otro ritmo. Una escapada de Isma Cerro, que solo desbarató Neyder en el último suspiro, ponía al Elche en un preaviso de que el Sporting B se defendía, pero no se iba a contemplar con ver pasar los minutos.

El último arreón si trajo consecuencias y los pequeños detalles marcaron la diferencia. A falta de un cuarto de hora, Tekyo encontró la espalda de Espeso, que no llegó a alcanzar el balón a pasar de lanzarse al suelo, y su centro lo ganó Sory Kaba, que dejó el balón muerto en el área. Allí apareció el jugador más peligroso posible: Nino. Y el delantero no perdonó. Pacheta expuso todo su arsenal y finalizó el duelo con los tres delanteros en el césped que sumaron 35 goles en Liga. El filial apretó los dientes, pero en el último suspiro Nino volvió a aparecer para rematar de cabeza un centro de Javi Flores que dio el triunfo al Elche (2-1). Un resultado que deja abierta la segunda eliminatoria de ascenso a Segunda División y en la que el Sporting B sigue vivo, a pesar del mazazo final, y dejando sensaciones positivas para creer que el equipo de José Alberto puede seguir soñando con el ascenso.