Giménez, en el minuto 89, en un remate de cabeza agónico a la salida de una falta botada desde el costado derecho por Carlos Sánchez, acabó con la resistencia de Egipto, que estuvo a un paso de amarrar un empate sin Mohamed Salah y con una buena actuación de su portero, Mohamed El Shenawy.

Uruguay, que no ganaba su primer partido de una Copa del Mundo desde México 1970, cuando derrotó 2-0 a Israel, rompió una maldición que duraba 48 años. Lo hizo cuando parecía que esa maldición se iba a alargar cuatro años más después de un encuentro en el que sus delanteros se quedaron sin pólvora.

Arriba, Uruguay perdonó. Luis Suárez, que falló 4 ocasiones claras que no suele errar, mientras que su compañero de batalla, Edinson Cavani, se encontró con el palo y con el portero, que hizo un paradón al jugador del PSG justo antes del tanto de Giménez. Sin Salah, Egipto se enconmendó a su defensa para amarrar un empate. Casi lo logró, hasta que Giménez, de cabeza, logró el triunfo charrúa.