A la gran esperanza de México le apodan el "Chucky" como guiño al Muñeco Diabólico, película de terror con gran tirón en los 90. El origen del sobrenombre hay que buscarlo fuera de los terrenos de juego. Hirving Lozano, el dueño del mote, ingresó en Pachuca, uno de los equipos punteros del país, cuando tenía 11 años. Su afición a los sustos pronto se hizo famosa. Lozano esperaba a los otros chavales debajo de la cama y cuando apagaban las luces, llegaba su ataque. También repetía bajo los asientos del autobús. Ahí se ganó un apodo, el de Chucky, que parece encajar perfectamente con su contribución en el terreno de juego.

Para Hirving Lozano, las cosas suceden a toda velocidad. Así se expresa en la banda, su territorio. Desde su ala, la selección mexicana (uno de esos eternos aspirantes que suele quedarse en las rondas previas) tratará de dañar a la mecánica Alemania, un rodillo de ganar. El extremo llega a la cita mundialista en la lupa de los analistas de fútbol internacional que le señalan como uno de los nombres a seguir. Sus cifras en Holanda hablan por él. Desde el primer día. El mexicano anotó en sus tres primeros encuentros con el PSV, algo que no había logrado ningún debutante en la historia del club. Ni Romario, ni Ronaldo ni Van Nistelrooy, por poner tres ejemplos ilustrativos.

Y eso que el salto de Lozano a Europa pudo darse un poco antes, un año exactamente. Arturo Elías, yerno de Slim y representante de Carso (máximo accionista del Oviedo) fue el primero en pensar que las virtudes del Chucky podían casar en el viejo continente. Por eso tanteó su fichaje por el club azul, como reconoció hace poco el empresario. Pero el control económico lo evitó. "Quería fichar al Chucky pero con las reglas que hay en España es complicado: tienes un presupuesto que depende de tus ingresos y ese presupuesto no te da para mucho porque los futbolistas de la Primera mexicana son caros. Al Oviedo no le alcanza y por eso no hemos podido llevar a nadie", explicó Elías hace unos meses.

Desde el acercamiento del empresario, las cosas le han ido de maravilla a Lozano. Ha ganado este año la liga holandesa con una participación decisiva: 17 goles en 29 partidos. Hoy es la esperanza de la tricolor ante la maquinaria germana. El susto llega desde la banda.