Dinamarca tiró de sosiego y precisión para desmontar el entusiasta regreso a un Mundial de Perú, que pagó su nula eficacia para salir con una derrota de un duelo que puede resultar crucial para lograr el acceso a la segunda fase. El cuadro danés vive una cierta reconversión. Pocos son sus futbolistas con bagaje mundialista. Pero el grupo de Age Hareide tiene talento y un cúmulo de hombres que forman parte de plantillas reputadas habituadas a partidos de renombre. Christian Eriksen en el Tottenham, Christiansen con el Chelsea o Simon Kjaer, del Sevilla. Y eso se notó.

La sequía a lo largo de estos 36 años al margen de los mundiales fue pura energía para los peruanos. Los hombres de Ricardo Gareca no reservaron nada. Se echaron al césped a pecho descubierto, arrinconaron a su rival y buscaron el gol con más convicción que Dinamarca. Perú encontró la banda derecha por donde Andre Carrillo se manejó a sus anchas. Penetró a la menor ocasión y solo faltó algún cooperante que se encargara de culminar las jugadas. Pudo dar el primer giro el choque al borde del intermedio propiciado por el VAR (videoarbitraje), que llamó la atención del árbitro para indicarle como penalti una falta de Yussuf Yurary Poulsen sobre Christian Cueva que había pasado por alto. El propio centrocampista del Sao Paulo ejecutó el tiro desde los once metros. Pero envió la pelota por encima de la portería.

Perú superaba a Dinamarca en intensidad, velocidad y corazón. También en precipitación. Pero no en el acierto. En esto tomó ventaja el equipo de Age Hareide, que en la primera que tuvo llevó el balón a la red. Fue en una acción veloz. Apareció Eriksen para enviar un buen balón a Poulsen, que no falló. Lo puso todo Perú. A tumba abierta buscó el empate. Rondó el gol en varias jugadas de Farfán o en centros de Carrillo, el más peligroso de los americanos. El delantero del Lokomovtiv estuvo especialmente negado ante el marco, como el resto de sus compañeros.