Hannes Thor Halldorsson, portero de Islandia, ya había cosechado el éxito antes incluso de que el balón echara a rodar. Él fue el encargado de rodar el exitoso anuncio de Coca-Cola de su selección antes del Mundial. En la selección de Islandia es normal el pluriempleo. Además de portero, Halldorsson es director de cine. Ayer fue el héroe de la primera gran sorpresa del Mundial. La escena le enfrentaba a Messi, el aspirante al trono. El escenario, un penalti. Y el islandés salió victorioso con una estirada plástica, efectiva. La imagen del choque. Halldorsson (Islandia) sobrevivió a un Messi descafeinado (Argentina), para empatar ante una de las favoritas y calentar un grupo, el D, en el que cada partido esconde una trampa.

La igualada se entiende desde la contagiosa ilusión de Islandia, el equipo simpático del torneo, pero también desde la apelmazada propuesta de Sampaoli, decepcionante en su estreno. Jugar ante una selección replegada, disfrutar del 80% de la pelota y darle los mandos a Mascherano y Biglia es ponerle somníferos.

Y eso que Argentina avisó a balón parado en el impulso inicial. Otamendi y Tagliafico no encontraron premio. En cuanto a Islandia, las cartas estaban sobre la mesa. Defensa, orden, más defensa y balones largos. Fútbol rudimentario, sencillo de explicar, efectivo cuando el rechace caía en el lugar adecuado. A Argentina le tocaría atacar por insistencia y a Islandia, por vuelos directos, sin escalas.

Los de Sampaoli acertaron primero. Rojo chutó y el balón quedó suelto en el área. Agüero controló alejándose, pero soltó un latigazo con la zurda con premio. El 1-0, movimiento de escapista del Kun, prometía un nuevo encuentro. Pero los efectos se apagaron a los 5 minutos. Otro ataque islandés se juntó con el desorden argentino. Caballero no fue capaz de despejar y Finbogasson, omnipresente delantero, empujó a la red. Islandia había logrado el mismo premio con mucho menos esfuerzo.

Intentaron los sudamericanos dar un paso adelante tras el descanso pero solo lo lograron tras el ingreso de Banega. A los 62 minutos llegó la opción más clara, en el penalti. Lanzó Messi y se estiró Halldorsson, infranqueable. Intensificó su dominio Argentina y volvió a aparecer el cineasta: palmeó una pelota peligrosa a córner. La última fue de Messi, cubierto por un mar de camisetas islandesas. Su tiro no encontró puerta. Argentina tropieza en su estreno y la Islandia de los pluriempleados demuestra que en el Mundial no hay atajos.