Tal como pinta este Mundial, en el que hasta la selección más modesta planta cara a las favoritas, la única preocupación razonable de España es sumar un punto en la última jornada de la fase de grupos para asegurar el pase a los octavos de final. A día de hoy parece una tarea sencilla porque el rival será Marruecos, que ha perdido sus dos partidos y está eliminada. Pero esa misma tranquilidad puede jugar a favor de un equipo que ha merecido mucho más frente a Irán y Portugal. El calendario, en cualquier caso, le da la oportunidad a la Roja de especular con lo más conveniente para el resto del campeonato. Porque, tal como van las cosas por los otros grupos, entre un primer puesto y un segundo puede ir un mundo. Y un mundial.

Aunque Fernando Hierro y sus jugadores aplican a rajatabla la filosofía del partido a partido, una mirada con luces largas también puede servir para abrir el cuadro del Mundial, hablando en términos tenísticos. De momento, el calendario permitirá a España -y también a Portugal- empezar la última jornada conociendo los puestos de sus rivales en octavos, ya que Rusia y Uruguay -ya clasificados en el grupo A- se enfrentarán a las cuatro de la tarde del lunes, mientras que el suyo, el B, se decidirá a partir de las 8.

A priori, Uruguay -doble campeón del mundo- se presenta como un rival más peligroso que Rusia, pero la condición de local y sus primeros resultados (un 5-0 a Arabia Saudí y un 3-1 a Egipto) invitan a la duda. En cualquier caso, donde cambia el panorama respecto a las previsiones iniciales es a partir de cuartos de final. En un primer momento cabía esperar que el campeón del grupo A caería por la parte del cuadro con selecciones de mucho nombre, como Argentina y Alemania, finalistas en el Mundial 2014. Algo ya imposible en el caso de los argentinos y complicado para la selección germana tras la derrota ante México.

Si la fase de grupos se cerrase tal como va encaminada, contando con la reacción de Alemania a partir de hoy y de Argentina en su último partido frente a Nigeria, la parte del cuadro en que caería el segundo clasificado del grupo de España quedaría así en los octavos: Rusia-Portugal, Francia-Argentina, Brasil-Alemania y Bélgica-Senegal. Es decir, cuatro campeones del mundo, la actual de Europa y una Bélgica que apunta alto.

"Viendo cómo está todo hay que ir a ganar a Marruecos para intentar clasificarnos como primeros porque nos beneficia de cara al cuadro", reflexionó Gerard Piqué, consciente de que ahora mismo por ese lado sólo hay un rival que asusta: Croacia. Además, España no tiene buen recuerdo de la última experiencia con la selección de Modric y Rakitic, ya que una derrota en el último partido de la fase de grupos de la Eurocopa 2016, cuando a España le valía el empate, envió a la Roja a un cruce con Italia, que ganó claramente el partido y puso punto final a la etapa de Vicente del Bosque.

El centrocampista Sergio Busquets reconoció abiertamente que también mira de reojo a otros grupos: "La prioridad es clasificarse, pero si puedes elegir mejor ser primeros. No sabemos cómo van a acabar los otros grupos y el cruce. Todo indica que del lado al que iríamos si somos primeros es más asequible, pues alguna de las favoritas parece que va a ir para el otro lado. Aunque hemos visto que cualquier rival te puede complicar la vida".

La alineación que presente Fernando Hierro el lunes frente a Marruecos dará pistas de la importancia que da el seleccionador al puesto en el grupo. La relativa tranquilidad que le da la clasificación del grupo podría animarle a dar descanso a algunos jugadores, o proteger a Busquets, que no podría jugar el partido de octavos de final si ve una tarjeta amarilla. Hierro, que en su etapa de futbolista sufrió varias veces la "maldición de cuartos", públicamente asegura que ni siquiera piensa en los octavos, sino en el partido frente a Marruecos.