Precisamente hoy que juega España, con horario unificado, frente a Marruecos se cumplen 36 años de una de las mayores vergüenzas en la historia de los Mundiales. En Alemania y lo llamaron el "Pacto de no agresión de Gijón" y en Austria la "Vergüenza de Gijón", pero donde peor sentó todo fue en Argelia, el país damnificado.

Alemanes y austriacos llegaban al último partido de la fase de grupos del Mundial de España 82 sabiendo lo que tenían que hacer para continuar en el campeonato. La Alemania Federal de Rummenigge, Magath o Stielike necesitaba ganar para no quedarse fuera a las primeras de cambio y a Austria le valía con no perder por más de dos goles para verse en la siguiente ronda.

Dicho y hecho. Tras un buen inicio de los germanos en el minuto diez Hrubesch acertaría a marcar el primer y único tanto del partido. Tras ese gol ninguno de los dos equipos hizo ademán de pisar el área contraria, ni de intentar al menos hacer disfrutar a los 41.000 espectadores que se dieron cita en El Molinón. Hace unos años el defensa alemán Briegel, que jugó aquel partido, admitía que "lo mejor era no esforzarse mucho" ya que a ambos equipos les servía el resultado.

El encuentro terminó con ese uno a cero a favor de Alemania Federal y los dos equipos pasaron de ronda. Los austriacos caerían en la siguiente eliminatoria al perder con Francia y empatar con Irlanda del Norte. Por su parte los germanos llegarían hasta la final, pero caerían contra la Italia del sorprendente Paolo Rossi. Lo ocurrido en El Molinón formó un gran revuelo. La FIFA investigó el asunto, pero no se pudo demostrar el supuesto amaño.

Horarios unificados

Tras el incidente entre Alemania y Austria de Gijón, la FIFA, estableció una nueva regla para los campeonatos de fútbol en los que exista fase de grupos, el horario unificado de la última jornada. Los dos últimos encuentros de cada grupo se juegan, desde esa fecha, el mismo día, a la misma hora y en distintos estadios. El pitido inicial coincide así para que ninguno de los equipos implicados conozca de antemano el resultado de sus otros rivales, así se garantiza en cierto modo que ningún combinado pueda