El Langreo toca el cielo y escribe su nombre en la categoría de bronce del fútbol español. Lo hizo a la heroica. Por el camino largo, el que conlleva un mayor sufrimiento, pero lo hizo con solvencia y dejando en la estacada a un Orihuela que llegaba con el cartel de favorito y con el marcador favorable de la ida.

Todos los factores se conjugaron para que el cuadro de Ganzábal se hiciera con la victoria por la mínima gracias a un tanto de Omar, que empujó la pelota a la red ayudado de los cerca de 4.000 espectadores que poblaron las gradas del estadio. O de Quirós, el entrañable utillero del club que en el mes de enero pasó a presenciar los encuentros del Langreo desde el cielo. A los 63 minutos de partido, el mediapunta conectó una volea tras un centro de Urtzi que batió a Emilio y desató la locura en Langreo.

Tensión, nervios y mucha responsabilidad en cada balón. En cada pase. Mucho había en juego sobre el sintético de Ganzábal. El miedo al error se hizo patente en la primera mitad. Ninguno de los dos equipos arriesgó en exceso. Primero probó Omar, con un disparo desde lejos que se fue elevado. Su minuto de gloria estaba reservado para la segunda mitad. También lo intentaron Rafita y el espigado delantero Antonio, sin éxito. Fueron los principales acercamientos del Orihuela en la primera mitad.

Celebración del Langreo

Celebración del Langreo

Con el transcurso de los minutos, el Langreo se iba despojando de los nervios y dominaba la pelota ante un conjunto alicantino que, aún con el marcador a su favor, jugaba a arañar segundos al cronómetro cada vez que uno de sus futbolistas tenía que ser atendido.

El Langreo supo plasmar a la perfección su guión. Calma, paciencia y tranquilidad. Solamente hacía falta un gol. Tras el paso por vestuarios, el conjunto de Ganzábal dio otro paso adelante. El balón parado sirvió para generar otras dos ocasiones. Calvillo pudo rematar de cabeza sendos saques de esquina, pero sin éxito. El gol de Omar sirvió para que el Langreo tirase de experiencia y veteranía. Desde el tanto del conjunto de Ganzábal se jugó a lo que el Langreo quiso. El Orihuela buscando acercarse a la portería de Adrián Torre y los locales buscando contragolpes para matar el partido. La entrada de Cris Montes al terreno de juego, además de un susto al Orihuela, sirvió para que el Langreo manejase la posesión en ataque. Cuando el mediapunta se hacía con la pelota no había nadie capaz de quitársela.

Los minutos finales se hicieron eternos en el Nuevo Ganzábal para los seguidores del Langreo que, a gritos de "¡Unión, Unión!" arroparon a los suyos hasta el final. En el tiempo de prolongación, Cabranes pudo sentenciar el choque, pero su disparo se fue lamiendo la cepa del poste. Daba igual. Lo más difícil ya estaba hecho. La tensión se transformó en éxtasis con el pitido final. El conjunto langreano suma el séptimo ascenso de su historia y la temporada que viene será de bronce.