Emparedado entre tanto mundial de fútbol, el play-off por el título de la Liga ACB de baloncesto nos dejó cuatro partidos muy interesantes y tres nombres propios. El primero, el de Pablo Laso, que siguió haciendo historia en el Real Madrid con su decimoquinto título en siete temporadas. Por supuesto, el de Luka Doncic, el último fenómeno del baloncesto europeo, que se despidió a lo grande antes de rendirse a los encantos de ese gigante que es la NBA. Y, aunque esta vez tuvo que conformarse con el subcampeonato, la confirmación de Pedro Martínez como un entrenador de categoría, capaz de competir al límite con plantillas teóricamente inferiores. La pasada temporada, con el Valencia, fue capaz de arrebatarle el título al gran favorito blanco. Esta vez lo llevó hasta el límite, confirmando su valía sin aspavientos, sin una palabra más alta que otra. Y obligando a preguntarse por qué un entrenador que va de éxito en éxito no ha tenido la oportunidad en alguno de los dos grandes e, incluso, por qué nadie ha pensado en él para la selección.
