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Rusia, rival en octavos: Golovin pone la clase, las dudas llegan atrás

La selección rusa, que convenció en sus dos primeros partidos, se llevó un golpe de realidad ante Uruguay Ocupa el puesto 70.º en el ranking FIFA, el peor de su historia

Los rusos celebran el gol de Golovin ante Arabia Saudí. EFE

Un guiño del destino: hoy se cumplen 10 años de una de las exhibiciones más convincentes de la España de Luis Aragonés. Fue en la Eurocopa de Austria y Suiza y tuvo a Rusia como rival. Precisamente a Rusia, rival en octavos de final el próximo domingo en Moscú (16.00 horas). Cuatro hombres con minutos aquel día sobreviven una década después. Iniesta y Ramos, por España; Zhirkov e Ignashevich, por Rusia. La selección se agarra a ese grato recuerdo (un impactante 3-0 en las semifinales de la Eurocopa) para preparar una cita a la que llega con dudas tras el desenlace de la fase de grupos ante Marruecos. La misma incertidumbre que asalta a la selección anfitriona.

Porque Uruguay se encargó ayer de poner a Rusia en su sitio tras un inicio prometedor. Las victorias contundentes ante Arabia (5-0) y Egipto (3-1) habían servido para aliviar las dudas con las que el conjunto de Cherchesov llegaba al campeonato. Un dato basta para explicar las esperanzas rusas en su Mundial: inició la cita como el equipo 70.º en el ranking FIFA. La peor posición de su historia y la más baja en el Mundial. Tampoco había dado motivos para la esperanza en la Copa de las Confederaciones, eliminada en la primera ronda tras caer con Portugal y México.

Pero el 5-0 ante Arabia Saudí de la inauguración hizo crecer la moral del grupo. Así se presentó Golovin, 21 años, la gran esperanza de los de Cherchesov. Talento en estado puro, capacidad para organizar el ataque y visión para dar asistencias. Cogía el testigo de Dzagoev, lesionado en los minutos iniciales en el isquiotibial y que apurará para estar ante España, Cheryshev, con pasado en Mareo, autor de un doblete y una de las sorpresas de este inicio del Mundial. Su chispa en la banda es otro de los peligros rusos.

La segunda victoria ante Egipto reforzó la tesis de que Rusia estaba mejor preparada de lo que parecía de primeras. Apareció en escena entonces Artem Dzyuba, delantero poderoso de 1,96 metros, que se convertía en la referencia en ataque. Los mayores halagos se han concentrado en el foco ofensivo, en la imprevisibilidad de los hombres de ataque. Las dudas siempre se han mantenido sobre la retaguardia. Y Luis Suárez y Cavani se encargaron ayer de confirmar las sospechas. La primera ocasión en la que Rusia ha tenido un rival de enjundia, ha patinado. Ignashevich, 38 años, lidera una zaga desengrasada que necesita poco para sufrir. Para el choque ante España, Cherchesov tendrá la baja del sancionado Smolnikov y la duda de Dzagoev.

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