El K4-500 español, vigente campeón de Europa, concluye hoy quince días de concentración en Madrid. Ahora toca una semana de descanso para retomar la recta final de la preparación de cara a la gran cita del año, el Campeonato del Mundo en agosto, ante el que el técnico de la embarcación, Miguel García, destaca la aportación de la "batuta" de Saúl Craviotto, la "potencia pura" de Cristian Toro, la "mentalización" de Marcus Cooper Walz y la "pincelada final" que pone Rodrigo Germade.

El técnico asturiano explicó las razones por las que optó por una concentración en Madrid en la última parte de la preparación antes del Mundial 2018. "Decidimos venir aquí al pantano de Picadas, después de muchísimos años, para realizar un trabajo más aeróbico donde los tiempos son más largos y necesitamos un embalse que disponga de una distancia considerable, por eso en Trasona las condiciones son un poco peores porque es más pequeño". Además, valora la excelencia que ofrece la residencia Blume, un alojamiento que reúne "muy buenas condiciones que permite un descanso satisfactorio y una correcta alimentación", así como las instalaciones de gimnasio para trabajo de musculación y fuerza, que queda "totalmente cubierto" en las instalaciones del Consejo Superior de Deportes.

No esconde la satisfacción por el trato que reciben en la Blume, cuyo director, el ceutí José Ramón López Díaz-Flor, era uno de los integrantes del icónico K4 español ganador de la medalla olímpica en Montreal-76, con el asturiano Herminio Menéndez, el gallego Ramos Misioné y el aragonés Esteban Celorrio

De ahora en adelante la preparación del K4 entra en la fase final. A partir del 9 de julio comienza en Trasona el trabajo "mucho más específico, de intensidad, que va a ser duro con tres semanas en las que vamos a hacer mucha carga y ultimar el trabajo del que una parte ya se hizo en los meses anteriores, aunque ahora hay que dar esas pequeñas pinceladas que son tan complicadas, y que hay que ajustar muy bien".

Haberse proclamado campeón de Europa, derrotando por primera vez a su principal adversario, Alemania, y las expectativas en torno al K4 generadas por el potencial de la embarcación, dejan en el técnico "un poco de todo. Estamos contentos pero con los pies en el suelo".