Aunque su llegada a la vida fue en Rusia, en Nóvgorod, el nacimiento futbolístico de Denis Cheryshev se produjo en Gijón. Con solo cinco años empezó a jugar al fútbol en Mareo, ya que su padre, Dimitry, jugaba en el Sporting. Y después creció en el Burgos, el Madrid y el Villarreal. Hoy Denis afrontará su partido más difícil, entre sus dos países y hogares. "Mi hijo debe de tener un volcán enorme por dentro. Le será muy difícil jugar contra su país de adopción". explica su padre, Dimitriy Cheryshev.

El Mundial está sirviendo a Denis para confirmarse. Lleva tres goles, se ha ganado a los aficionados de su país y ha visto cómo desde España le señalan como uno de los futbolistas más peligrosos para el partido de hoy. Denis aparta por un momento sus sentimientos y el cariño a España para manifestar tajantemente que espera ayudar a Rusia a lograr el pase: "Ojalá pueda meter el gol de la clasificación. La vida seguiría igual si lo consigo, no cambiaría nada. Lo importante por encima de lo individual es que mi selección siga adelante, es lo principal. Si meto gol estaría muy feliz pero me alegraría mucho más poder seguir adelante en el Mundial", señala.

Denis dejó huella en Asturias de su paso por Mareo. Solo la marcha de su padre del Sporting al Burgos hizo que su trayectoria no permaneciese vinculada al Sporting cuando tenía diez años. Hoy, en octavos de final del Mundial, todo lo que Denis aprendió en España de jugador lo tendrá que intentar que demostrar junto a sus compañeros rusos para lograr el pase. "Sabemos que España es muy buena, pero tenemos nuestras armas y las tenemos que aprovechar", indicó Denis. "A España le falta fluidez en el juego. Rusia tiene una gran oportunidad", sentencia Dimitry, su padre.