Samara,

Adrián R. HUBER

Dos goles de Harry Maguire y Dele Alli sirvieron para que, veintiocho años después, Inglaterra vuelva a jugar una semifinal de un Mundial de fútbol, tras derrotar ayer sábado en partido de cuartos a Suecia (0-2), en Samara, donde el equipo de los "Tres Leones" se reencontró con su historia.

Inglaterra, campeona del mundo en 1966, casi siempre candidata a todo y acreedora a nada, ha vuelto, quizá en el momento menos esperado, con un equipo muy joven e inexperto, a la elite del fútbol mundial. Y el próximo miércoles jugará, en el estadio Luzhniki de Moscú, el mismo que albergará el partido decisivo, el domingo 15, la semifinal contra el ganador del Rusia-Croacia.

Sin practicar un fútbol espectacular, doblegó a la sobria y compacta Suecia; pasó a la semifinal y desencadenó el delirio en Inglaterra, donde la cerveza fluye en unos 'pubs' cuyas televisiones repetirán una y mil veces las imágenes en blanco y negro de Bobby Moore alzando, hace 52 años, el trofeo Jules Rimet, en Wembley.

En un primer acto poco espectacular en el que Inglaterra fue la que más propuso, para adelantarse a la media hora, gracias a un gran testarazo del 'gigante' Maguire que les hizo probar de su propio jarabe de juego aéreo a los suecos, tras un córner desde la izquierda lanzado por Young.

Suecia apenas aportó un centro-chut desde la izquierda de Forsberg, su jugador más creativo, en el 42, poco antes de que Sterling, en tres ocasiones -una de ellas invalidada por fuera de juego- pusiese en jaque a la zaga nórdica. En la más clara, Olsen metió una mano de oro, poco después de que fuese Lindelöf el que desbaratara la acción del atacante del Manchester City.

Lindelöf, que juega desde el pasado curso en el otro equipo de Manchester, el United, nació el mismo día en el que la pentacampeona Brasil festejaba el cuarto titulo, tras los penaltis y ante Italia, en el Mundial de Estados Unidos de 1994. En el que Suecia, finalista en casa en 1958, celebró su mejor resultado desde entonces en este torneo, al acabar en una tercera plaza. Exactamente 24 años después de su última semifinal, Suecia, primera del grupo en el que México acabó segunda y la última campeona, Alemania, se fue para casa; tenía, también, tras eliminar a Suiza, una oportunidad de oro de reencontrarse con su historia.

Siempre mejorando en las segundas partes en este torneo -en las que habían marcado cinco de sus seis goles-, los hombres de Andersson dispusieron de su ocasión más clara tras la reanudación, en remate de cabeza de Berg que hizo lucirse a Pickford, el héroe ante Colombia.

Pero lejos de echarse atrás y dedicarse a especular, Inglaterra, que había jugado su última semifinal en el Mundial de Italia'90, no pretendía cederle el privilegio de acceder al penúltimo partido a su rival. Un perfecto centro de Lingard, en el 59, sirvió para que Dele Alli, de nuevo de cabeza, batiese por segunda vez a Olsen. Suecia reaccionó, pero Pickford -que antes del Mundial sólo había defendido tres veces, en amistosos, la portería inglesa- le dio la razón a Gareth Southgate, que confió en él, desviando una ocasión clara de Claesson. Andersson dio entrada en el 65 a John Guidetti, del Alavés, y Olsson, por Toivonen y Forsberg, respectivamente. Guidetti le puso, seis minutos después, un balón de oro a Berg, que sirvió para un nuevo lucimiento del portero del Everton, declarado "Hombre del Partido".

Ahí acabó todo. Inglaterra aguantó el resultado, su afición cantó varias veces el "God Save the Queen" y el Samara Arena despidió a los semifinalistas con la música de "The Lightening Seeds", la de los tres leones en la camisa. Inglaterra festeja: el fútbol ha vuelto a casa.