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Croacia, una derrota de orgullo

Los croatas residentes en Asturias, tras la derrota en la final: "Lo han dado todo, nos vamos con la cabeza muy alta, hemos llegado a lo máximo"

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Mundial de fútbol: Croacia-Francia

Una pequeña comitiva de croatas, acompañados de un gran número de asturianos, se reunieron ayer en una cafetería de Oviedo para ver la final del Mundial entre la selección balcánica y Francia. El ambiente en los instantes previos al comienzo del partido era de nerviosismo e ilusión al mismo tiempo. Ivana Jankovic, una de las presentes, prácticamente no podía ejemplificar con palabras lo que sentía: "Estoy histérica, muy nerviosa. Piensa que llevamos siendo un país poco tiempo". David Alonso, que asistió para apoyar a su amiga Renate Prosinecki, propietaria del local y hermana del mítico exfutbolista del Real Oviedo entre otros, preveía un partido muy igualado. La también croata Roberta Skukan se mostraba "nerviosa, con buena voluntad y con ganas de ganar" por un país para el que el fútbol "aumenta la felicidad, la unidad y hace olvidar los problemas".

"Es cultural, se inculca mucho el deporte, la competitividad y es una sociedad muy pasional", contaba Jankovic para explicar cómo un país tan pequeño puede llegar no solo a la final de un Mundial de fútbol, sino ser también potencias en otros deportes como baloncesto

El momento más tenso del partido fue con la aparición del VAR y posterior penalti que transformó Griezmann. La afición comenzó expectante y poco a poco, con el paso de las repeticiones, aceptaron que el árbitro terminaría pitando la pena máxima.

Al descanso, el optimismo seguía presente en Skukan: "Vamos a ganar", afirmaba sin dudar. David Suárez y Benjamín Álvarez, que acudieron al Chelsea Café Lounge tras enterarse del ambiente que había, estaban de acuerdo en la superioridad croata pese al resultado adverso. "Es injusto, me están sorprendiendo por como están jugando, están impresionantes", declaraba una Jankovic, disconforme con el penalti. Mientras todo el mundo estaba delante del proyector, Prosinecki no paraba de servir tras la barra: "Es duro trabajar al mismo tiempo pero me sirve para estar menos nerviosa".

Con el pitido final y la confirmación de la derrota croata, no hubo espacio para la decepción, sino para el orgullo por su selección. "Lo han dado todo, nos vamos con la cabeza alta y han jugado muy bien", afirmaba Janokvic. "Hemos llegado a lo más alto en la historia de Croacia. Estoy muy orgullosa por llegar hasta aquí aunque la atmósfera ahora sea triste. Hemos tenido mala suerte", declaraba Skukan.

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