La pareja parraguesa Milín Llamedo y Pedro Vázquez, del club Kayak Tudense, dio la sorpresa y se adjudicó ayer la victoria en el Descenso del Sella, en la edición más emocionante y disputada de los últimos años. El triunfo se decidió en el último metro, en un apretado sprint con la pareja formada por Julio Martínez y Rubén González, siendo terceros los sudafricanos Hank McGregor y Andy Birkett. Es la primera victoria asturiana desde 1996, cuando se llevaron el Sella Alberto Llera y Monchu Cerra.

Llamedo prolonga con su victoria un apellido histórico en el Descenso del Sella, prueba que ya ganaron su padre, Emilio, y su tío, Maxi, y lo hace además en la edición más abierta de los últimos años por la ausencia de los vencedores de las últimos ocho ediciones, el riosellano Walter Bouzán Sánchez y el gallego afincado en Asturias Álvaro Fernández Fiuza, a las que se unió también la de los subcampeones de la anterior edición, Emilio Merchán y Leonel Ramalho, estos por decisión del Comité de Competición del Sella, al no permitir la embarcación combinada de palistas de diferente país.

Esa misma circunstancia afectó a Emilio Llamedo, que había preparado el Sella con el argentino Franco Balboa. El pasado martes Llamedo decidió que su compañero fuese otro laureado parragués, natural del pueblo de Granda, Pedro Vázquez, que hace una semana fue finalista en el Mundial sub-23. Una apuesta que al final tuvo su recompensa contra pronóstico, ya que enfrente tenían a los grandes favoritos para el triunfo, los sudafricanos Hank McGregor - diez veces campeón del Mundo de maratón- y Andrew Birkett -subcampeón del Mundo de maratón en K-1 y medalla de bronce en K-2-, que se tuvieron que conformar con el tercer puesto, y la pareja formada por Julio Martínez -once triunfos en la competición sellera con cinco parejas distintas-, y Rubén González, que al final fueron segundos. Es la vigésimo primera vez que Julio Martínez, de 48 años, sube al podio del Sella, once de ellas como ganador.

Milín Llamedo y Pedro Vázquez supieron jugar sus bazas, conscientes de sus opciones si la prueba se decidía en el tramo final de la ría de Ribadesella y su apuesta les salió redonda. Decidieron no portear en La Boticaria y seguir a los sudafricanos que marcaban el ritmo para neutralizar la pequeña ventaja tomada por Julio Martínez y Rubén González, la única embarcación de las cuatro de cabeza que había decidido realizar el porteo, y superaron a ambos en los últimos metros en un apretado y emocionante sprint.

Los vencedores invirtieron un tiempo de 1 hora, 6 minutos y 26 segundos en recorrer los 19 kilómetros que separan Arriondas y Ribadesella, en una edición que contó con la participación de 1.144 palistas y 790 embarcaciones pertenecientes a 21 países.

La prueba tuvo un inicio muy igualado, con ocho embarcaciones en cabeza de carrera, tras una salida en la que se encasquillaron algunos cepos, entre ellos los de Julián Becerro y Miguel Castañón, y el del compañero de Julio Martínez, Rubén González, que además se cayó, y llegó con unos segundos de retraso a la piragua.

Los primeros en tomar la cabeza fueron Milín Llamedo y Pedro Vázquez, seguidos por Julio Martínez y Rubén González, los sudafricanos McGregor y Birkett, Luis Amado y Miguel Llorens, Brais Sánchez y Antonio Palmas, Becerro y Castañón y los hermanos Pérez García. En el kilómetro 2, en el paso por La Remolina, el grupo se rompe, ya que Castañón y Becerro se quedan atascados y se tienen que bajar de la piragua perdiendo unos metros que ya no recuperaron con la cabeza formada por cuatro embarcaciones que iban a permanecer juntas hasta la Isla de La Boticaria: Milín Llamedo y Pedro Vázquez, Julio Martínez y Rubén González, McGregor y Birkett, y Luis Amado y Miguel Llorens.

La ventaja de estas cuatro embarcaciones, que se fueron alternando en la cabeza, fue aumentando poco a poco para llegar a 1.10, en el Rabión del Diablo, sobre el grupo integrado por Becerro y Castañón, Brais Sánchez y Antonio Plamas, los hermanos Pérez y Juan Busto y Lalo González.

Los de cabeza mantuvieron la ventaja y llegaron así al tramo decisivo de la prueba en el que los sudafricanos pasaron a marcar el ritmo de la carrera. En La Boticaria, sólo la pareja de Julio Martínez se decidió por el porteo a pie, mientras que las tres restantes optaron por remar por fuera. La incertidumbre sobre cuál era la decisión más correcta se mantuvo hasta la recta final. Julio Martínez y Rubén González cogieron unos ligeros metros de ventaja, pero el grupo de las tres embarcaciones encabezado por los sudafricanos les dieron alcance y los cuatro se unieron para disputar un final de infarto.

Ahí surgieron los parragueses Milín Llamedo y Pedro Vázquez, que exhibieron su punta de velocidad para superar primero a McGregor y Birkett, y después a Julio Martínez y Rubén González, y anotarse una brillante e inesperada victoria inscribiendo así su nombre en el palmarés del Sella.