Oliverio Jesús Álvarez, Oli (Oviedo, 2 de abril de 1972) afronta su segunda temporada en el Marino, el primer equipo asturiano en el que ejerció como técnico, y lo hace con la misma exigencia con la que asumió el cargo hace un año. La eliminación en la primera ronda del play-off de ascenso a Segunda B aún escuece en el vestuario y quitarse esa espina es un deseo que comparte con la plantilla.

- Ya comenzó el trabajo, ¿cómo está el equipo?

-Como todas las pretemporadas. Los jugadores están animados, con ilusión, especialmente la gente nueva. El día del Sporting B y el partido de Copa hicieron muy buen trabajo, se ve que avanzamos y, lo más importante, estamos sin lesionados. Además, la plantilla está casi cerrada. Contamos con 17 jugadores, sólo faltan dos y además estoy contento con los cuatro juveniles que están con nosotros.

- Es su segunda temporada en el Marino. ¿Le costó mucho tomar la decisión de renovar?

-Ya ni me acuerdo. Sí que tardé un poco más de lo normal porque hubo un momento en que me pensé la renovación por el calentón que tuve por la eliminación del play-off. Necesitaba saber qué jugadores continuaban, con quién podía contar para poner en marcha el proyecto. Cuando lo vi, me decidí. Mantenemos a nueve jugadores y también el cuerpo técnico, salvo Manel. Y todos tenemos la misma sensación, queremos la revancha. Nos quedamos fuera por media hora mala de los 180 minutos que duró la eliminatoria contra el San Fernando, pero seguro que nos servirá de experiencia. Tanto los jugadores como yo tenemos ese punto de revancha profesional y hay que aprovecharla.

- El objetivo entonces es el ascenso a Segunda B

-En realidad no, pero como el año pasado. Es estar entre los mejores. Tenemos la ambición de ser los campeones de Liga, pero es el Caudal el que tiene la obligación de serlo. Intentaremos quitarles esa plaza y, si no, tenemos que asegurar el play-off. En la fase de ascenso ya se verá.

- Mantiene el bloque, pero también hay muchas caras nuevas. ¿La afición verá el mismo juego por parte del Marino?

-No va a cambiar nada, lo tengo claro. Si hacemos el 90 por ciento de lo que hicimos el año pasado, nos va a ir muy bien. Lo que nos dejó fuera de la lucha por la liga y del play-off fueron momentos de mala suerte, un penalti, un gol absurdo en el 94 en Canarias... Llegamos al final de temporada muy bien, lo pasamos bien, se hicieron muy bien muchas cosas.

- Dice que faltan dos jugadores.

-Nos falta principalmente un central y un jugador de banda. Tenemos un equipo bastante más joven que el año pasado, pero con jugadores de experiencia en muchos casos. El equipo tiene otras cosas, ese punto de frescura, de hambre, pero además seguimos contando con la experiencia de Guaya, Pantiga, Luis Morán. Además, las últimas incorporaciones, Fassani y Duarte, vienen muy bien. Fassani parece otro, creo que vamos a tener su mejor versión, y en ella es el mejor delantero de la categoría.

- ¿Los juveniles contarán?

-Pues creo que sí. La verdad es que lo están haciendo muy bien, y cuando entraron en el último partido se produjo un hecho que llevaba tiempo sin ocurrir: había seis jugadores de Luanco en el equipo y creo que a la afición eso le gusta. Parte de nuestro trabajo es que la gente siga enganchándose al Marino y creo que ya se vio a final de la temporada que lo están haciendo.

- El Marino nunca se toma la Copa Federación como un entrenamiento.

-Vamos con todo, tanto el presidente, Luis Gallego, como yo, ya se lo comentamos a los jugadores, especialmente a los nuevos, porque los que ya conocen la casa lo saben. Creo que competir y hacer bien las cosas en la Copa es la mejor manera de preparar la Liga, entrar en una buena dinámica, la seriedad, la tensión.

- Manel, su ayudante en la pasada temporada, es una de las bajas. ¿Le echa de menos?

-Más como amigo que como entrenador (se ríe). La verdad es que me alegro mucho por él. Cuando me contó que podía fichar por el Praviano, le animé a decir que sí, porque sabía que su aspiración era entrenar a un equipo. Le deseo lo mejor y sé que nuestros caminos se volverán a cruzar, pero también Rubén Suárez es mi amigo y va a hacer un gran trabajo. Estoy contento.