El K-2 de los asturianos Gabriel Perea y Pablo Roza se ha quedado a un paso del podio en la prueba junior del Mundial de piragüismo, en su modalidad de maratón, que se disputa en Prado de Vila Verde (Portugal). En una situación que recuerda a lo ocurrido con él también asturiano Javier Hernanz en el Mundial sprint de hace dos semanas, Perea y Roza se vieron perjudicados por una decisión del comité de competición de la prueba.

La delegación española presentó una reclamación por una irregularidad cometida por los sudafricanos Hamish Makenzie y David Evans, relegados a la medalla de bronce en beneficio del otro K-2 español, el de los zamoranos Luis Álvarez y Óscar Borrego, tras una penalización de 15 segundos al final de la prueba. La reclamación de España se basó en que esa sanción debió de aplicarse durante la competición.

Ya en la primera vuelta, la lucha por la prueba de K-2 junior quedó reducida a cuatro embarcaciones: las dos españolas, la sudafricana y la danesa formada por Thorbjorn Rask y Nikolai Thomsen, a la postre campeones del mundo. La delegación española se percató de que los sudafricanos no pasaron por el arco correcto del puente que cruza el campo de regatas y lo notificó al comité de competición. Makenzie y Evans acabaron en segunda posición, por detrás de Rask y Thomsen y superando a los españoles Álvarez y Borrego, pero los 15 segundos de penalización al final de la prueba decretados por el comité hicieron perder un puesto a los sudafricanos, por delante de los riosellanos Perea y Roza.

Los responsables de la selección española, no obstante, protestaron al entender que la penalización de 15 segundos por una falta leve debió de aplicarse con la paralización del K-2 sudafricano en el momento de cruzar el primer porteo, lo que habría descolgado a Makenzie y Evans del grupo de cabeza. Óscar Borrego lamentó que los asturianos Perea y Roza no les acompañaran en el podio "porque hemos ido en todo momento con ellos, se lo merecían igual que nosotros".