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El Hijo De Esther

Porterazos

No meter la pelotita entre los tres palos trae consecuencias funestas, es caro. Tener un gran portero que te salva de tus problemas cara al gol trae consecuencias muy positivas, aunque también es caro. Pero que tu equipo no gane porque enfrente hay un porterazo impenetrable y tu mayor enemigo saque tres puntos porque tiene un señor guardameta y el arquero contrario ha cantado más que James Brown en día de culto, no tiene precio.

En resumen, eso pasó el sábado en la Liga durante los partidos de los dos máximos favoritos al título. El Barcelona ganó en Anoeta (raspado, por los pelos y sin jugar nada al fútbol) porque Ter Stegen es un fenómeno y Rulli (portero de la Real Sociedad) mostró un desesperante catálogo de malas decisiones. En cambio, el Real Madrid empató en San Mamés porque su portero, Unai Simón, o bien realizó el partido de su vida o es un cancerbero de un nivel estratosférico. En cambio, de Courtois nada se supo porque el Athletic no tiró a puerta con peligro salvo en la jugada del gol que, sorprendentemente, llegó en una jugada por la parte izquierda de la defensa madridista (hay uno que aún sigue en Copacabana).

Pero una vez dicho esto, nada que replicar, el Madrid empató y el Barcelona ganó. Son líderes y los blancos dejan dudas con el resultado pero no con el juego, que por momentos brillante, pero romo en ataque. Es el momento de creer y confiar, como cuando se hace un arroz y a mitad de cocción te parece que se va a quedar seco. Dice mi amigo Fernando, un leonés afincado en Madrid, que ése es el momento de tener fe en la preparación, y a fe mía que tiene razón, porque no le salen nada mal las paellitas.

Para terminar que no se me olvide tener un recuerdo para uno de los clásicos en esta humilde columna, Guardiola. Ha dicho esta semana el insigne, ínclito e inigualable entrenador español que la prensa de este país es "malvada y cruel". Puede que tenga razón, pues no soy yo conocido por ser cooperativista, pero no con él porque se le ha tratado como a un dios los cuatro años que estuvo al frente del Barcelona. Hasta el punto de que no concedía entrevistas a medios españoles y todos los periodistas mudos porque era palabra de Pep. Guardiola es un gran entrenador, pero no es el más grande como le pintan algunos, al menos desde que no gana la Champions con Bayern y Manchester City pese a los trillones de millones de euros que alemanes y jeques han puesto a su servicio. Pep, tu barco zozobra desde hace seis años y sólo te mantiene a flote en la gran élite tu discurso de superioridad moral y los títulos menores que puedes ganar porque las grandes copas las han ganado los atletas merengues.

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