El Suárez Puerta está de aniversario. Ayer hizo exactamente 75 años desde que se disputará el primer partido en el viejo campo de la Exposición, luego Suárez Puerta y, que a finales de los 90 sufrió una reforma para convertirse en el estadio que Avilés conoce hoy. "El viejo estadio Suárez Puerta tenía mucho sabor a fútbol, a afición y pese a tener la pista de atletismo era muy cálido. Era muy emocionante jugar en él", recuerda Rúa, uno de los jugadores del primer Real Avilés Industrial tras la fusión. El equipo blanquiazul cuando aún no estaba unido con el Ensidesa, emigró al Suárez Puerta desde las Arobias en el 43 y el 26 de septiembre de ese año jugó el primer choque, una victoria 2-1 ante el Santander.

Raúl González, años después, fue el primer técnico que tuvo el Real Avilés Industrial tras la fusión y luego entrenó al equipo en dos etapas más. "El viejo Suárez Puerta era muy acogedor. Las dos gradas principales tenían una cubierta de plástico con los colores blanco y azul que siempre me llamaron la atención, pero sobre todo, había gente, mucha gente. Siempre estábamos por encima de los 2.500 aficionados", afirma el técnico, que lamenta que en la actualidad esa afición se haya perdido por cosas ajenas al fútbol.

"Yo debuté con 16 años en el Suárez Puerta, era un campo en el que daba gusto jugar allí, ya era un gran campo en la época. No había luz eléctrica y teníamos que jugar a las tres de la tarde, pero se llenaba igual", señala Luis Castro, jugador de ese primer Real Avilés Industrial. Su compañero, Blas García, también recuerda con cariño su paso por el viejo estadio: "Fue el campo en el que todos nos hicimos mejores futbolistas, pasamos muy buenos momentos en él. Siempre nos sentimos muy arropados allí".

No fue solo cosa de esos años, en los que el equipo llegó a subir a Segunda División. En los años 60, nadie se perdía un partido. "Estaba lleno en los encuentros y en los entrenamientos, era el pasatiempo para mucha gente. Entrenábamos en él a diario, aunque algunas veces íbamos a Arnao cuando había que cuidarlo un poco", recuerda Emiliano Barbas, extremo izquierdo de el Real Avilés, cuando todavía no se había unido con el Ensidesa.

A esas alturas, el campo ya tenía a sus espaldas veinte años de historias. Los que conocieron el antiguo campo del centro de la ciudad, recuerdan que la tribuna estaba en la grada contraria a la actual, la de José Cueto y junto a ella unos pequeños vestuarios. "La tribuna principal tenía asientos de madera y hasta decían que había goteras, pero el campo se seguía llenando", recuerda Raúl González. Eso sí, la rotonda, la grada descubierta que da a Fernando Morán "sigue prácticamente igual, pero sin uso". Pero la principal diferencia es que las gradas llegaban al campo: "En los partidos clave había invasión de campo al final, el césped se convertía en una fiesta".