El Teslacard Gijón firmó el debut soñado en la jornada inaugural de la LEB Plata. El equipo de Nacho Galán se impuso con solvencia al Ávila, del que se despegó en el segundo cuarto y al que ya no dejó entrar de nuevo en el partido. La buena noticia para el cuadro gijonés es que demostró ser un conjunto regular y en el que cada jugador suma su granito de arena a la causa. Ayer sobresalió el liderazgo de un acertado Ángel Moro, respaldado por la amenaza desde el tiro exterior de Kimbrough y con el todoterreno de Osayande.

El encuentro comenzó igualado, con un Kimbrough que comenzó a dar síntomas de su acierto anotador, siendo una amenazada desde el perímetro. El americano fue el autor de la primera canastas del Teslacard Círculo en la LEB Plata. Con un Swift errático en ataque, pero demoledor en defensa con su gran intimidación (finalizó con cuatro tapones), el Ávila lo aprovechó para salir con velocidad al contraataque. Fue su única arma y cuando el equipo de Nacho Galán supo frenarla, cogió el mando del partido.

Apareció para ello un Ángel Moro que lo hizo todo bien. Anotó, asistió con gran visión y defendió con intensidad. El gijonés llevó al Teslacard hasta la igualada a dieciséis puntos al término del primer cuarto. Y no se frenó ahí, lo prosiguió en un segundo cuarto clave para el equipo de Galán, con asistencias que levantaron a los 600 espectadores que acudieron al Palacio de Deportes (según datos oficiales). Álex Rubiera salió con fuerza desde el banquillo y el acierto desde el triple puso a los gijoneses con una máxima de 16 puntos (40-24) que se redujo en tres puntos al descanso para llegar con 40-27.

Un ligero atasco acercó tímidamente a Ávila en el inicio del tercer cuarto, pero Kimbrough y Moro espantaron sus esperanzas desde el triple. Fue un cuarto a tirones por parte de ambos, con mayor beneficio para el equipo de Sergio Jiménez, que bajó de la decena de puntos hasta que apareció el omnipresente Ángel Moro. El triple de Ortiz sobre la bocina dejó la puerta abierta al último cuarto (61-51).

El canadiense Osayande fue uno de los grandes protagonistas en la sombra, sumando positivamente en varias facetas, acabando con 21 de valoración, la máxima del encuentro junto a Moro. Cuando Ávila se puso a nueve puntos (65-56), el Teslacard reaccionó para que los abulenses no se metieran de lleno en la lucha por una importante victoria que apuntilló Saúl Blanco con un palmeo a falta de 27 segundos del final. La victoria, en el debut del Teslacard Círculo, se quedaba en Gijón.