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Carrusel de un solo oyente

Eduardo Bartelmi García radia por teléfono los partidos del Stadium para su primo, que vive en Madrid

Eduardo Bartelmi García, en el Muro de Zaro con su teléfono y los cascos de las retransmisiones. MARÍA FUENTES

"Tenemos gol en el Muro de Zaro, hay gooooooooooool del Stadium". Eso es lo que podría berrear Eduardo Bartelmi García al auricular de su teléfono cada vez que su equipo mete un gol. A sus 40 años, Bartelmi se marca cada fin de semana todo un carrusel deportivo para un sólo oyente, al que le radia por teléfono los partidos del conjunto stadiumnista. Ese oyente es su primo, Rubén Sánchez, con quien comparte una pasión fanática por el Avilés Stadium, y que por residir en Madrid se pierde la mayoría de los partidos del equipo que esta temporada milita en Preferente.

Esta historia arrancó en marzo del año pasado. El Stadium se jugaba medio ascenso a Regional Preferente con el Luarca, el 18 de marzo. "No podía venir e iba a seguirlo por redes sociales. Me dijo que si me podía llamar de vez en cuando para que le dijera como iba la cosa. Yo le dije que si me llamaba, que se lo retransmitía. Y así hasta hoy", explica Eduardo, que de pequeño tuvo un programa deportivo en una pequeña emisora local. Lo que comenzó como una anécdota se transformó en costumbre. El ritual es el siguiente. Rubén llama Eduardo, porque es él que tiene tarifa plana. Eduardo le comenta las alineaciones y le retransmite el partido íntegramente. Tienen hasta sus propias bromas, una serie de comentarios graciosos, sin desperdicio. "Me atrevo con alguna imitación de Manolo Lama, con su '¡ay mi madre, el bicho!'", asegura Eduardo. También le ponen apodos a cada jugador. Por ejemplo, el delantero Omar Tranche es "Torpedo". "Porque se parece a Muller", explica. Marcos, un centrocampista de gran envergadura, es "la tanqueta". Y Wisi es "Wisi Mouse", "porque juega como si fuera un dibujo animado", comenta Eduardo Bartelmi en las gradas de El Muro de Zaro.

En esta aventura radiofónica, atesora mil anécdotas. La más llamativa aconteció precisamente en el partido contra el Luarca. "El Stadium marcó en el último minuto y fue un delirio. Se me cayó el teléfono y los auriculares. Mi pobre primo estaba en su casa desesperado. Gritaba: '¿pero qué ha sido, ¿fue gol o no?'", comenta Eduardo Bartelmi, todavía con una sonrisa de oreja a oreja.

La pasión de Eduardo Bartelmi y de Rubén Sánchez viene de muy lejos. De pequeños, vivían puerta con puerta en la calle de la Libertad, muy cerca del Parque Ferrera, en el centro de la ciudad. "Nosotros éramos del Real Avilés Industrial desde siempre. Pero nos cansamos de todo lo que rodeaba al Avilés de ahora. No queremos saber nada de ellos. Somos del Stadium, un club limpio", explica.

A Eduardo Bartelmi la afición por el fútbol avilesino le viene en los genes. Es hijo de Mariano Bartelmi, histórico portero del Racing de Santander y del Ensidesa, y también entrenador de porteros del Real Avilés, que llegó a entrenar a Esteban, entre otros. "Anda que no habré correteado yo por el Muro de Zaro", rememora Eduardo, que a sus 40 años, casado, con una niña pequeña y viviendo en Oviedo, sigue fiel a una pasión que transmite por las ondas de teléfono a su primo Rubén. Ya saben: "¡¡¡¡Gooooooool en el Muro de Zaro!!!".

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