"El resultado ya dice claramente la diferencia que hubo. Fue en el golpeo, la pegada que tiene el Llanes", sentenció el entrenador del Avilés. El equipo no volverá a los entrenamientos hasta el martes, el técnico les ha dado unos días de descanso para "desconectar" y volver con las pilas cargadas tras encajar el viernes una dura goleada ante el Llanes (0-4). El entrenador quiso, pese a todo, alabar al equipo: "Estos chavales no bajan los brazos en ningún momento. No agacharon la cabeza, ni se escondieron. Tengo que sentirme orgullos, tanto yo, como todos los que lo vieron. Me dieron una lección de cómo quieren la camiseta y quieren hacerlo bien".

Aunque reconoce que el equipo salió "con poca intensidad", lo que provocó el primer gol de los llaniscos, en opinión del técnico el partido se volvió luego más igualado. "Tuvimos la oportunidad de empatar, pero ahí está la diferencia, la desaprovechamos y en la contra fue cuando nos marcaron el segundo", explicó el entrenador. "El Llanes tiene un gran equipo que el año pasado quedó cuarto y nosotros tenemos que seguir creciendo", señaló, para añadir que los jugadores "dieron todo lo que tenían, corrieron como jabatos, intentaron jugar el balón e incluso tuvieron cinco o seis ocasiones al final". Por eso afirma que no le preocupa el resultado: "Son tres puntos igual".