Cantaba el grupo de Liverpool "The Lightning Seeds" en su álbum "Three Lions" aquello de que "el fútbol vuelve a casa". Y más o menos esa es la sensación que tienen José Ángel Panizo, Antonio García y Rubén Álvarez, tres seguidores incondicionales del Avilés Stadium ahora que su equipo juega como local en el viejo Muro de Zaro. Los tres fueron integrantes en los Noventa de la grada de animación del Real Avilés Industrial o formaron parte de la peña "Galiana Xoven". Y los tres añoran esas tardes míticas en las que a la Villa del Adelantado venía a jugar el Betis, el Málaga o el Deportivo de La Coruña.

"En los primeros años de los noventa, al Muro íbamos casi 8.000 personas. La gente entraba en trance. Era una caldera, una olla a presión. Recuerdo cantar el himno de Asturias cuando el equipo remontaba y sumarse toda la gente, eran otros tiempos, la verdad", rememora Panizo, ahora directivo del Stadium. Rubén Álvarez tiene ahora 42 años y trabaja en un banco en León. Formó parte de "Galiana Xoven" cuando tenía 15 años. Se alejó del fútbol cuando dejó de ser de los socios. Ahora viene desde el otro lado del Huerna a seguir los partidos del nuevo club. "El Muro de Zaro es historia viva del fútbol de aquí. Cuando empezaron la sociedades anónimas se desvirtualizó el fútbol. Ahora, con el Stadium, creo que aquí estamos recuperando el fútbol de Avilés de toda la vida. Yo trato de ir a todos los partidos. Son 300 kilómetros, pero merece la pena", asegura una persona que es socia fundadora, a pesar de que en las dos primeras temporadas no pudo acudir a ningún encuentro.

Por su parte, Antonio García nunca formó parte del Galiana, pero estuvo siempre cerca. "De la gestión de Tejero, prefiero no comentar. Cambió todo. ¿Cómo va a tener apoyos si yo no puedo opinar en mi equipo?", se cuestionó. "Esto era una barbaridad de campo, con 2.500 personas de pie", asegura. "Jamás pensé que volveríamos, creo es difícil recuperar esos tiempos, pero estamos en el buen camino", indicó Panizo sobre el Muro de Zaro que vuelve a respirar fútbol.