El Real Avilés y el Tuilla se repartieron los puntos en un partido que le resultó más provechoso a los blanquiazules, que terminaron con diez por la expulsión de Marcos. El partido fue a trompicones, pero estuvo marcado sobre todo por la falta de acierto de cara al gol, lo que propició que los penaltis, uno para cada equipo, decidieran el resultado.

El Tuilla saltó al campo con más intención, aunque los acercamientos al área se repartieron en los primeros minutos. La lesión del local Kevin hizo cambiar el guión del partido. El Avilés se desajustó, pero tampoco pareció sentarle bien al Tuilla, que ante un Avilés más cerrado no encontraba el camino a la portería. Una clara ocasión Mathias hizo que el partido subiera de ritmo, y llegaron los dos penaltis decisivos, en sendas faltas que se podían haber evitado.

Primero, Naredo derribó a Mathias en el área y el blanquiazul Marcos transformó la pena máxima con un tiro raso a la derecha en el 36. Y, nueve minutos después, era el local Paulo el que echaba al suelo a Guille Vázquez, para que Álvaro marcara el empate desde los once metros. Entre ambos tantos, José Peláez tuvo que sacar una mano prodigiosa para evitar un gol de Yohan.

Al poco de empezar la segunda mitad, llegó otra jugada clave: Marcos agarró la camiseta de Isma Fagín, cuando éste se iba directo hacia la portería, y vio la roja. Pese al mazazo, el Avilés se vino arriba y el Tuilla bajó el pistón, hasta los minutos finales en los que Borja Piquero tuvo que hacer dos paradas de reflejos para evitar que los visitantes levantaran el partido.