El arbitraje fue uno de los protagonistas en el acto de entrega de los trofeos de LA NUEVA ESPAÑA a los mejores del fútbol asturiano. Uno de los grandes exponentes actuales de este colectivo es Pablo González Fuertes, premiado como el mejor árbitro de Primera y Segunda División. El caprichoso calendario impidió, por segunda temporada consecutiva, que el gijonés pudiera acudir a la gala a recoger su distinción. Pablo, minutos después, dirigió, en Anoeta, el partido entre la Real Sociedad y el Girona, que cerró la jornada en Primera División. El premio lo recogió, en su nombre, Marco Antonio Santurio Martínez, director del Comité Técnico de Árbitros.

"Es un honor y un orgullo tener la oportunidad de recibir esta distinción. Es el premio al esfuerzo realizado durante toda una temporada", afirmó Alonso Prendes, galardonado como el mejor árbitro de Tercera División. La gran labor del gijonés durante la pasada campaña vino acompañada de un ascenso a Segunda División B. "Es una categoría que ya conocía de una etapa anterior. El objetivo ahora es el día a día, disfrutar de cada partido y, sobre todo, intentar pasar lo más desapercibido posible", subrayó como uno de las características que suelen acompañar una buena actuación de los árbitros.

Alonso Prendes coincidió con muchos de los jugadores con los que compartió minutos en los campos de la Tercera División, un factor que para el colegiado añade valor a estos trofeos. "Es un placer poder estar con gente que se lo ha currado mucho durante la pasada campaña", añadió. José Manuel Suárez Fernández, presidente del Comité Técnico de Árbitros de la Federación Asturiana, fue otro de los protagonistas en los premios del activo estamento arbitral.