Del sueño europeo a la pesadilla. Así se puede resumir la situación de los futbolistas del Río de la Plata, el combinado de jugadores argentinos, uruguayos y venezolanos que probaron suerte en las Cuencas Mineras a lo largo del último mes. Los integrantes de esta selección, donde participó el futbolista con el récord Guiness Robert Carmona (el más longevo, con 56 años), denuncian "una estafa por parte del representante Hugo Yamada".

La situación es tan grave que dos de estos jugadores, Nacho Albornoz y Brandon Quintana, ambos de 19 años, aún permanecen en Asturias. Con pocos recursos económicos y viviendo hospedados gracias a la generosidad de un vecino de Blimea. Allí se entrenan con el equipo local, el Asturias, un conjunto que ha mostrado su cara más solidaria, apoyando a estos dos jugadores en un momento complicado.

Con la promesa de ser vistos por los ojeadores del Oviedo y del Sporting, e incluso agasajados por una posible presencia de Simeone y del Mono Burgos, un grupo de nueve futbolistas sudamericanos emprendió viaje hacia tierras asturianas hace semanas. Lo hicieron asistidos por el representante argentino Hugo Yamada y por el exárbitro internacional Javier Castrilli. En un principio iban a ser 22 los jugadores que viajarían, pero solamente nueve recalaron en Asturias.

"Nos vendieron la moto", destaca Brandon Quintana, que en Argentina jugaba con Chacarita Juniors. Los jugadores y sus familias abonaron 1.800 euros para que pudieran recalar en España. Siempre con promesas incumplidas. "Nos decían que eran los clubes los que nos iban a pagar nuestro pasaje, pero la situación aquí también es complicada y si ellos pagan 300 euros a un jugador no van a abonar 1.800 euros", destaca Quintana. Su padre se llegó a hipotecar para que su hijo tuviese la ocasión de probarse en España. "Pidieron un préstamo y ahora tienen que pagar 5.000 pesos -unos 220 euros- al mes", explica el jugador.

La madre de Nacho Albornoz, desde Argentina, apunta que se siente "estafada, hemos perdido más de 200.000 pesos -al cambio cerca de 5.000 euros- y tuvimos que correr con muchos gastos, nos duele que hayan jugado así con la ilusión de la gente", reconoce. Los padres de los futbolistas ya han iniciado acciones penales contra los responsables.

Con el paso de los días, los jugadores comenzaron a percatarse de la situación. "Le pedía respuestas a Hugo y no me las daba, nos decía que todo estaba bajo control", apunta Quintana.

"No hubo promoción, los partidos amistosos surgieron aquí, yo me puse en contacto con los clubes; agradezco la hospitalidad de la gente asturiana", destaca el récordman Robert Carmona. El veterano futbolista apunta que "en el albergue hubo días que pasábamos hambre, nos ponían muchos días arroz y salchichas, que no es ninguna deshonra pero pagamos mucho dinero, mientras los representantes se iban a comer a distintos lugares y nosotros veíamos esas fotos en las redes". Brandon Quintana reconoce que en Argentina, antes del viaje a Europa, "se hizo un grupo de Whatsapp, donde Hugo Yamada nos enseñaba fotos del hotel en el que nos íbamos a hospedar; con piscina, canchas, cuatro comidas al día, pero nada de eso se cumplió", reconoce. La promesa de un viaje a Italia, durante su estancia en Asturias, también se desvaneció. "En un principio nos dijeron que todos los gastos iban incluidos, pero en el momento de marcharnos nos pidieron 600 dólares más", asegura el jugador.

Muchos futbolistas perdieron opciones de firmar por equipos de Sudamérica por embarcarse en esta operación. "Un chico venezolano dejó su contrato en Argentina para probar suerte aquí", dice Quintana, que aún recuerda cómo consolaban sus lágrimas en el albergue.

Ahora Nacho y Brandon se entrenan con el Asturias de Blimea, donde les han recibido con los brazos abiertos. "Cuando salía a correr por el parque, un vecino del pueblo, José María, nos dijo que nos vio jugar y yo le preguntaba que dónde podíamos estudiar aquí, para quedarnos más tiempo". José María se los llevaba a tomar café con leche y también -junto a los ahorros de Nacho- les ayudó a financiar su estancia en un piso de la zona. "El propietario vio nuestra situación y nos perdonó los dos meses de fianza", reconoce Quintana.

Con su estancia asegurada hasta el 1 de enero en España, y pese a todos los ingredientes para que el sueño se haya tornado una pesadilla, su ilusión de triunfar en Europa no se desvanece. "Nuestro objetivo nunca se perdió, Nacho y yo estamos dispuestos a atravesar situaciones incluso peores para conseguir encontrar un equipo aquí", afirman.