Rubiales también cuenta con apoyos internacionales que no han tenido su mejor semana. La imagen del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha quedado seriamente dañada desde que se hicieran públicos los documentos de "Football Leaks" de su etapa como secretario general de la UEFA. Según esos papeles, Infantino participó en las negociaciones para que el Manchester City y el Paris Saint-Germain no fueran sancionados, e incluso excluidos, de las competiciones europeas, por haber vulnerado el "fair play" financiero. A la luz de los números está claro que los dos clubes se han convertido en potencias futbolísticas con los petrodólares de sus riquísimos dueños. La UEFA, tan escrupulosa en otros momentos, dejó que hinchasen sus presupuestos hasta límites escandalosos dando por buenos unos ingresos publicitarios que habría que considerarlos más bien como una subvención de Estado. Infantino pudo haber frenado unas prácticas que han permitido al City y al PSG, entre otras cosas, llevarse a futbolistas que brillaban en la Liga española. La primera reacción de la FIFA, hablando poco menos que de una conspiración contra su presidente, no da muchas esperanzas de que los clubes entiendan que la justicia es igual para todos.
