Después de incontables actuaciones, a Coque, el portero de la Atlética Avilesina se le escapaba una leve sonrisa cada vez que lograba hacer una nueva parada. El meta sostuvo al Toscaf con una actuación mayúscula, que vino a refrendar el trabajo colectivo del conjunto de Juan Muñiz para tumbar al líder y todopoderoso Burgos. Los jugadores de la Atlética se vistieron de héroes y se transformaron en el matagigantes. Y más importante aún: son líderes del grupo.

No quiso arriesgar en exceso la Atlética, que se las ingenió para ir ganando pequeñas batallas a lo largo de todo el partido y se enfocó en tratar de llegar vivo a la parte final del choque. Pero al final, el empuje de los locales valió para algo más que llegar a la orilla, ya que en los dos últimos parciales, cuanto más se suponía que tenían que sufrir, más tranquilos estuvieron merced de una ventaja de tres goles.

Si Coque firmó la matrícula de honor bajo los palos, Aitor logró el sobresaliente en el ataque, con nueve goles, algunos de bellísima factura ante un Ibrahim que, por cierto, jugó sin dorsal durante buena parte de la tarde, y que como el resto de sus camaradas castellanos perdió los nervios en los últimos minutos. De ahí las siete exclusiones que sufrieron.

Al final, hasta los rivales aplaudieron el esfuerzo del Toscaf, que se fue a la cama líder y con la vitola de matagigantes.