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Periodista de "El Mundo"

Anquelín suena mejor que Anquelón

Un derbi es cuando la mermelada del desayuno es azul y ves bufandas hasta donde no las hay

Anquelín suena mejor que Anquelón

Un derbi es cuando la vida nos debe un día. Así, sin exagerar.

Te despiertas y la hora no es la que es, sino las que faltan para el partido. Y cuando te acuestas, una existencia entera después, es como si fuera otro día. El que nos debe el derbi.

No hay vecinos, hay rivales.

No hay asturianía, hay urbe.

No hay puntos, hay sutura.

Decía George Orwell que el fútbol es la guerra sin tiroteo. Bendito conflicto huérfano de sangre, colores opuestos de paz, pómulos adultos haciéndose guajes por un rato.

Mi derbi es cuando la mermelada del desayuno es azul, el perro juega con la pelota mejor que el Sporting, Berta graba con sus amigos de Madrid notas de voz animando al Oviedín, Nacho es el gemelo que no tengo y los besos de Susana tocan mucho en el centro del campo.

Tú estás igual. Oteas las caras en el autobús y sabes que ellas son de los tuyos. Ves bufandas hasta donde no las hay. Vas por la calle mirando al cielo por si acaso. Imaginas la zurda de Tejera, un pase de Berjón, un gol de Joselu. Y hasta que un córner en contra no es un gol del rival. Comes de aquella manera, con el estómago pendiente de otra digestión. Hablas de fútbol sin discutir, sólo buscando abrigo. Atiendes tu mundo, pero como si no.

Vives de reojo.

En "Los 11 poderes del líder", Jorge Valdano cuenta el día que la selección argentina de Menotti fue a ver a la alemana y quedó atribulada por su velocidad y fortaleza. Uno de los argentinos más talentosos, de pinta más frágil y origen más pobre dijo a Menotti: "César, los alemanes son fortísimos". "¿Fuertes?", respondió El Flaco, "si a cualquiera de esos rubios lo llevamos a la casa donde usted creció lo sacan en camilla. Fuerte es usted, que sobrevivió a toda esa pobreza y juega al fútbol diez mil veces mejor que esos tipos".

Yo sé que a usted, Anquela, este fútbol urgente que no sabe esperar ya le está esperando. Pero yo creo que, con todos los defectos que sean, estamos jugando mejor. Creo que ahora queremos el balón, que intentamos algo aunque no siempre salga, que ya no somos los representantes de la segunda jugada, esa expresión que nunca puede explicar cuál es la primera.

Así que hoy, Juan Antonio, deja que los fuertes y veloces sean ellos y tú, amigo, dile a los nuestros que jueguen como saben.

Porque Anquelín suena mejor que Anquelón y un derbi presta más que la vida.

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