Anquela y Baraja pasean por el alambre, concentrados, tambaleándose, como si no hubiera nada más que el siguiente paso. Seguir, avanzar, sobrevivir. Es una pena que, en tal situación, no tengan tiempo para echar una mirada a lo que les rodea: un paisaje espectacular. Se acerca el derbi asturiano, el partido de los partidos en el Principado. El duelo que permite cierta superioridad moral en los piques Oviedo - Sporting de los próximos meses. Es el escenario deseado, la postal futbolística con más tirón y, sin embargo, a Anquela y Baraja no les da tiempo a disfrutar de las vistas mientras pasean por la cuerda floja; necesitan poner toda la atención en sus pasos. Seguir, avanzar, mantener la línea recta. Este Oviedo - Sporting (20.45 horas, en el Carlos Tartiere) es el derbi de la supervivencia.Carlos Tartiere (Puedes serguir en directo el partido a través de este enlace)

Descafeinado por la situación liguera (solo el derbi de 2001 se jugó con las dos instituciones en peor situación), el choque gana en interés por una cuestión de morbo. La espada de Damocles apunta en dos frentes. El derbi suele dejar vencedores y derrotados; en esta ocasión puede registrar vencedores y destituido. El debate en torno a la labor de Anquela y Baraja marca un duelo que, como de costumbre, estará condicionado por la tensión y los nervios. Más que fútbol, una cuestión emocional.

El Oviedo llega un poco mejor, solo un poco. Un punto más en la tabla, concretamente, 16. Anquela se agarra a las sensaciones que, defiende, son mejores que las matemáticas (1 punto sumado de los últimos 9). Pero el ánimo de la afición suele moverse más por los números que por las intenciones. De ahí que la grada ya haya dejado caer su malestar. Derrotar al eterno rival sería una inyección en la moral, un motivo para creer de nuevo en un futuro más halagüeño.

Anquela recupera, a falta de confirmación hoy, a Berjón, pieza fundamental en su engranaje ofensivo. Pierde a Carlos Hernández y Aarón. Para el once, podría apostar por Champagne; Bárcenas, Forlín, Alanís, Javi Hernández, Mossa; Tejera, Folch; Joselu, Ibrahima y Berjón. Completan la lista de 19 (mañana deberá descartar a uno): Alfonso, Johannesson, Carlos Martínez, Christian, Javi Muñoz, Boateng, Toché y Steven.

El Sporting aterriza en Oviedo con las luces rojas encendidas desde hace un par de semanas. Baraja sigue buscando la fórmula, probando aquí y allá (su último retoque apunta a la delantera), mientras los números le dan la espalda. Ha sumado 4 de los 18 últimos puntos en juego y la zona de descenso se acerca al mismo ritmo que la orilla de la promoción de ascenso se aleja en el horizonte. El derbi pretende ser un punto de inflexión.

Baraja apostará por un once similar al de la semana pasada, con un par de retoques. Canella, recuperado, volverá al lateral izquierdo; Neftalí, en busca de colmillo, merodeará el área carbayona en lugar del inocuo Djurdjevic. El once rojiblanco esta noche podría ser el formado por Mariño; Molinero, Álex Pérez, Babin, Canella; Hernán, Cristian Salvador; Carmona, Pablo Pérez, Isma Cerro; y Neftalí. Están también disponibles Dani Martín, Noblejas, Juan Rodríguez, Geraldes, Peybernes, Cofie, Nacho Méndez, Sousa, Álvaro Jiménez, Traver, Blackman y Djurdjevic.

Las urgencias futbolísticas de los dos equipos más representativos de la región se ponen en juego a partir de las 20.45. Entonces, el Tartiere entrará en ebullición y los 22 protagonistas se situarán en el centro del huracán futbolístico. Comenzará entonces la fiesta. Al mismo tiempo, un par de tipos en la banda se concentrarán por no caer por el precipicio. La fiesta del fútbol asturiano es un juicio en última instancia para Anquela y Baraja, que luchan por su supervivencia.

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