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El día D, la hora H y el punto G

Dos equipos que dirimen para quién empieza el principio del fin y quién se aferra al fin de un mal principio

El día D, la hora H y el punto G

En el calendario deportivo asturiano hace semanas que viene marcada con rotulador grueso la fecha de hoy: el día D y la hora H del derbi de una región entera que es güelfa o gibelina, monárquica o republicana, pero esencialmente azul o rojiblanca. Se enfrentan dos equipos en busca del punto G, que vale por tres en la tabla clasificatoria. Se reúnen dos aficiones que saldrán del Tartiere de esta guisa: una, henchida de felicidad orgásmica, y la otra, camino de la consulta del sexólogo por culpa del gatillazo. Un empate no contenta a nadie, ni a la gaita ni al mariachi.

Lo que se dirime hoy es el alfa y el omega de la región, el alef y el tav. Decidir quién se asoma al acantilado del principio del fin y quién se amarra a la soga del fin de un mal principio. Se discute también la primacía en el último capítulo de la enciclopedia del fútbol asturiano, el abecé de dos alineaciones que pugnarán por permanecer en el santoral de los enfrentamientos fratricidas. Vamos a presenciar casi un millón de espectadores la película de la semana, el partido del siglo del último año. La contienda sin VAR de todos los bares y de la mayoría de los chigres.

Desde la atalaya de la grada, frente al televisor o por "streaming", estaremos atentos a discernir si la batalla se convierte en desembarco gijonés en la Normandía carbayona o en la retirada, a tierra quemada, en su particular Stalingrado, dispuestos los dos generales a sacar mayor lustre a sus charreteras. A este respecto podría decirse que, con Baraja al frente, al Sporting le falta un verano, un hervor, mientras que al Oviedo le ha sobrevenido un invierno napoleónico que ha dejado surcos excavados en el rostro de Anquela, que ha envejecido un siglo en dos años.

¿Quién de los dos estrategas se convertirá en esta playa de Omaha sabatina en vencedor Eisenhower y quién verá, al pitido final, la pradera verde llena de cadáveres? ¿Cuál será el parte de bajas? ¿Podrá el ejército rojo (y blanco) del general Carmona detener la "operación azul" de los tanques de la Wehrmacht, al mando del mariscal Berjón? ¿A quién corresponderá el papel de Paulus y a quién el de Zhukov? ¿Quién Murat y quién Kutuzov? ¿Quién pasará, si equivoca la táctica o se deja sorprender en una maniobra envolvente, del banquillo al paredón tras juicio sumarísimo ante el jurado popular?

Lo que es seguro es que tanto Baraja como Anquela harán llegar a la fiel infantería y a la guardia de asalto la famosa orden de Stalin ante al avance imparable de las divisiones nazis camino de los pozos de petróleo del Cáucaso: "Ni un paso atrás". Con orden de fusilamiento a todo soldado que retroceda un metro sin permiso.

Todo eso y mucho más, esta noche en un rectángulo donde dos equipos en horas bajas van a intentar, a escuadra y cartabón, la cuadratura del círculo.

P.D. Si algún cerebro blando o mente calenturienta ve en este escrito excesivas alusiones bélicas o incitación al odio entre aficiones y futbolistas, tienen todo el derecho a conducirme esposado ante el Comité Antiviolencia. Será la última voluntad del autor pedir a los acusadores, en penitencia por conducir a un inocente al cadalso, que lean "Guerra y paz", de Tolstoi. Y ya para la próxima ocasión, el cuento de Caperucita.

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