Pablo Nuño García logró este pasado verano el campeonato del mundo de halterofilia en la categoría de mayores de 45 años y en 69 kilos de peso. Este ingeniero gijonés contagió su amor por el levantamiento de peso a sus hijos Pablo, de 18 años. y Jorge, de 11, que siguen sus pasos. Incluso la madre, Oliva Artime, destacada piragüista, llegó a hacer sus pinitos en este deporte.
Pablo, el padre, conoció este deporte en el 1987 en la sala de halterofilia del gimnasio de El Molinón, de manos de Arturo Muñiz en uno de los cursos del Patronato Deportivo Municipal en el que se inscribió por mediación de un amigo. "Es un deporte que me enganchó enseguida" reconoce. Con Arturo trabajó hasta el año 1991 y uno después empezó en entrenar en el Grupo Covadonga, en el que permaneció hasta el 2016.
Ahora forma parte del Haltergedo y se entrena en el gimnasio de la Fundación Revillagigedo. En todo este tiempo compitió, aunque también estuvo algunos años sin hacerlo. Fue campeón de Asturias absoluto, dos veces subcampeón de España universitario, dos veces subcampeón de España de veteranos y los dos últimos campeón nacional.
Una trayectoria que culmina con el título mundial en más de 45 años logrado a finales de agosto. Además es responsable de los jueces de la Federación Asturiana de la que también fue director técnico durante varios años.
Curiosamente, el siguiente en seguir sus pasos fue Jorge, el benjamín de la saga, que también se enganchó viendo a su padre. Jorge, a sus 11 años, ya es tres veces campeón de España de técnica. En este deporte hasta los 13 años en los campeonatos lo que se juzga es la técnica y no el peso que se levanta. El objetivo es la formación técnica en un deporte en el que, al contrario de lo que parece, ésta es de vital importancia para conseguir éxitos. "Lo primero es la técnica, luego la velocidad y por último la fuerza" señala Pablo Nuño.
Asiente Jorge, quien empezó con 7 años y que reconoce que hay que saber dominar "el estirarse o cómo meterse debajo de la barra". Para él "es más difícil la técnica de los dos tiempos que la de arrancada". "La técnica es más fácil de coger cuando eres niño", explica Pablo, que ve cómo su hijo, a tenor de los resultados que está logrando, la tiene dominada.
De tanto ver a su padre y a su hermano pequeño, Pablo Nuño Artime acabó por probar él también. Pablo era un destacado judoca "pero ya no me gustaba como antes", explica, así que también empezó a practicar la halterofilia hace tres años. En este tiempo ya consiguió ser campeón de Asturias junior y absoluto en 69 kilos, el mismo peso que su padre, y también ha debutado en los campeonatos de España en esas dos categorías.
"Mi padre me había dicho muchas veces que probara pero no me decidía, y ahora que lo hice lamento no haberlo hecho antes", reconoce Pablo hijo. Este estudiante de Ingeniería Mecánica, bilingüe, tiene claro cuál va a ser su objetivo para el 2019: "Coger medalla en el campeonato de España universitario". Aunque también quiere participar en los de España de las categorías junior y senior.
Los tres reconocen la influencia que está teniendo la figura de Lydia Valentín a la hora de romper prejuicios. "Está rompiendo barreras y cada vez hay más chicas que practican este deporte" destaca Pablo Nuño García. En la actualidad, la Federación Asturiana de Halterofilia cuenta con 220 licencias de las que 195 son de levantadores y el resto de entrenadores y jueces.
El padre de la familia tiene su próxima cita en la disputa de la Copa de España máster en La Coruña, competición que coincide con el campeonato de España de federaciones y, antes de acabar el año, también va a participar en el Trofeo de Navidad que todos los años organiza el Grupo Covadonga, en el que habrá competición de técnica y en la que, por supuesto, estará Jorge.
