A Ruth Moll y Ruth Gómez en Tanzania las conocen como las "Simba Women", un apodo que se ganaron tras coronar el Kilimanjaro la primera en bicicleta, salvo un pequeño tramo final, y la segunda corriendo. Ambas explicaron esta aventura a los asistentes a la Semana Internacional de Montaña.

"Lo más duro fue altitud y el frío" reconoce Moll, "sobre todo la altitud porque para nosotras la montaña era un tema un tema desconocido. Para muchos montañeros escalar un seis mil puede ser fácil, pero nosotras en entrenamientos lo máximo que estuvimos era a tres mil. Sabíamos que físicamente estábamos bien, pero la incógnita era saber cómo respondía el cuerpo".

La ascensión duró cuatro días, tres de subida y uno de aclimatación, y en ella las dos montañeras padecieron el conocido mal de altura. Primero fue Moll y luego Gómez, pero ambas lograron cumbre y ahora consideran que el esfuerzo mereció la pena.

Si el frío y la altura fue la parte negativa, la positiva fue el trato con la población local. "De las dos cosas con las que nos quedamos una es la deportiva y otra es el contacto humano con la gente de allí, siempre con una sonrisa y dispuesta a ayudar, se desviven. Les llamaba la atención que fuéramos dos chicas y que fuéramos en bici y corriendo. Ellos fueron los que nos empezaron a llamar las 'Simba Women'", señalan.

Logrado este reto ya preparan otro para el próximo verano: la escalada de una aguja que hay en el mar en el norte de Escocia.