El Liberbank Oviedo Baloncesto demostró ayer que por muy mal que se pongan las cosas, por muchos golpes que te den, siempre se puede salir adelante y que la opción de levantarte y pelear por un objetivo está siempre encima de la mesa. La victoria del equipo de Javi Rodríguez (95-70) ante el Castelló, incontestable, con un marcador abultadísimo y contando con un acierto espectacular en el tiro exterior (18 de 38 en triples), es el mejor ejemplo de ello. Golpeados por las lesiones, tras ver cómo su segundo capitán se rompía el cruzado y decía adiós a la temporada, fueron capaces de poner al mal tiempo buena cara y de dedicarle la victoria a un Fran Cárdenas que fue el gran protagonista del duelo.

Era un partido diferente, extraño, el que se disputaba ayer en Pumarín. Una jornada entre semana que provocó que acudiera menos gente de la habitual al polideportivo ovetense. Una noche que además estaba marcada también por la fatalidad que viene acompañando al equipo desde el comienzo de la temporada, con Cárdenas en muletas después de conocer la gravedad de su lesión.

Pero la gente comenzó a calentarse pronto, cuando los jugadores del Liberbank Oviedo Baloncesto salieron con camisetas de apoyo a su segundo capitán, cuando la grada le aplaudió a rabiar y cuando se vio reflejada en la cara de los jugadores locales la concentración máxima, la de un equipo que tenía clara su misión: ganar el partido y brindárselo a Fran Cárdenas, un pilar dentro de la familia que compone el Oviedo Baloncesto.

Para conseguir este tipo de gestas es necesario también echarle inteligencia al asunto y esa la supo poner el entrenador, Javi Rodríguez. El Oviedo, sin Van Zegeren, Nuutinen ni Puerto, llegaba muy mermado en el juego interior, con un solo pívot, Oliver Arteaga, y con los ala-pívots Jakstas y Rosa para echarle una mano por dentro. Así las cosas, al Oviedo Baloncesto no le quedó otro remedio que abusar de la defensa en zona, intentar dejar poco espacio para que se movieran los interiores rivales y permitir a Castelló que tirara desde fuera.

La fórmula funcionó en la primera parte, sobre todo tras unos primeros compases en los que el exjugador local Juan García pudo actuar a sus anchas. Los cinco puntos de ventaja (10-15) a 4.44 del final del primer parcial que lograron los visitantes fueron su mayor renta en toda la primera mitad y en todo el partido. A raíz de eso, el equipo ovetense le cogió el pulso al choque, con unos jugadores muy activos en defensa y confiando en que Castelló no tuviera su mejor día en el tiro exterior.

De hecho, los locales pudieron haberse ido con algo más de los seis puntos (39-33) de renta que lograron antes de marcharse a los vestuarios de no haber sido porque tampoco ellos estuvieron demasiado acertados en el tiro. Los primeros veinte minutos se saldaron con un 6 de 19 para Oviedo y un 4 de 15 para Castelló desde la línea de 6.75 metros.

La segunda parte fue otra cosa, Castelló parecía hipnotizado ante un Oviedo Baloncesto que ayer sólo concebía la posibilidad de ganar el partido, convencido de que ningún infortunio les podrá parar y que, falte quien falte, siempre van a competir. Tras un tiro libre convertido por Castelló, Oviedo endosó a su rival un parcial de 8-0 que les puso trece arriba (47-34) a 7.40 del final del tercer cuarto. Pero es que, entre un estelar Sergio Llorente, un inspirado Ahonen y un enorme trabajo coral, el Liberbank consiguió llegar a tener una renta de 19 puntos (62-43) a 3.37 del final del tercer parcial.

El último cuarto comenzó con dos triples seguidos de Geks que dejaron el duelo sentenciado (75-54) y a partir de ahí ya todo fue una celebración que acabó concediendo el premio de mejor jugador del partido a un Fran Cárdenas que durante un rato se pudo olvidar de las muletas.