En su historial de logros aparecen, entre otras, el de ser la primera mujer a nivel mundial en lograr hacer cima en el Everest y en el Lhotse durante la misma semana. Pero su mayor hito es otro. La iraní Parvaneh Kazemi, que ayer cerró la 41ª Semana Internacional de Montaña, ha roto las barreras existentes en la cultura y la religión iraní hacia las mujeres. "Antes de subir un 8.000 tengo que subir muchos ochomiles para salir de mi país e incluso al regresar", aseguraba ayer en la sede de la Agrupación Torrecerredo.

Sin duda, la montañera remarca este aspecto con letras mayúsculas, convirtiéndose en un referente para las mujeres de Irán. "La sociedad iraní es muy tradicional, religiosa y el papel de la mujer siempre está en la fila de atrás. En la lucha por estar en la primera línea y demostrar que somos capaces de cualquier cosa, mi mayor dificultad ha sido enfrentarme un poco a esa sociedad", relata.

A ello se suman todo tipo de impedimentos y trabas que se ha encontrado en su duro camino por realizar su pasión sin tapujos. Y lo ha conseguido, aunque en varias ocasiones se ha quedado con la miel en los labios, como le ocurrió cuando trató de viajar a Nepal para hacer frente al Cho Oyu. "Me denegaron el paso en China porque decían que no daban visados a los iraníes", explica. Su tentativa quedó en el aire, por lo que mirando hacia el futuro, en busca de nuevos retos, expone que su mayor complicación reside en que "hay que luchar ante muchas cosas, no solo la dificultad de la montaña". "Dependo de la situación actual política, de la situación económica, lo cual es más ajeno a mi capacidad", analiza sobre la cruda realidad que la rodea.

De visita al Urriellu

La montañera iraní aprovechó su estancia en Asturias para visitar durante dos días los Picos de Europa y conocer el Urriellu del cual resaltó que "es muy bonito". Durante su exposición en el Teatro Jovellanos relató su actividad en la montaña y en sus diversos logros sobre las montañas, entre otras, del Himalaya. En ese aspecto, Parvaneh Kazemi resalta como especial "el Ama Dablam (6.856 metros) que, a pesar de no ser un 8.000 guardo muy buen recuerdo, aunque todas las cimas son especiales". Su lucha va más allá de una escalada.