La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La Roja aún le debe una a David Villa

Tras dejar su sello en Estados Unidos, donde mostró el mismo espíritu competitivo que en el fútbol del primer mundo, David Villa ha elegido Japón para -se supone- echar el cierre a su carrera deportiva. Coincidirá en el Vissel Kobe con Andrés Iniesta, otro de los artífices de aquel título mundial de la selección española en 2010. Porque Iniesta, efectivamente, puso la guinda en la final, pero para llegar a ella resultaron fundamentales los goles del Guaje frente a Honduras, Chile, Portugal y Paraguay. Por eso, y por la condición de máximo goleador histórico de la Roja, está pendiente un acto público de reconocimiento por parte de la federación española, como ocurre en otros países con sus leyendas. No lo hubo en aquel último partido del Mundial de 2014, en el que a Del Bosque le faltó la sensibilidad que muestra casi siempre. Tampoco cuando Julen Lopetegui le recuperó por sorpresa para jugar los últimos minutos frente a Italia en el Santiago Bernabéu. En marzo, en ese partido comprometido de la selección para El Molinón, sería el momento y el lugar adecuado para despedir a Villa como se merece, aunque probablemente los compromisos con su club sean un impedimento insuperable. En todo caso, el fútbol español le debe una a Villa por todo lo que le dio. La pelota, ahora, está en el tejado de Luis Rubiales.

Compartir el artículo

stats