Con una rotación limitadísima por las bajas, en una pista complicada y ante un rival fuerte y en forma, con todo en contra, el Liberbank Oviedo dio un paso al frente y presentó definitivamente su candidatura a los puestos altos de la LEB Oro al ganar ayer en Lérida. El conjunto asturiano salió como un avión y dio un recital de juego durante buena parte del primer tiempo, para después sacar a relucir su carácter y mantener la cabeza a flote, antes de resolver en otro final de infarto. La misma fórmula que le ha permitido sumar cinco triunfos en sus seis desplazamientos, pero con el mérito añadido de la potencia del rival.

Las escasas piezas de las que disponía Javi Rodríguez funcionaron a la perfección. Llorente llevó el timón con maestría, Ahonen estuvo más espeso en la dirección pero anotó en momentos decisivos, lo mismo que Víctor Pérez y Bouzán; Geks demostró su fiabilidad y bajo los aros se elevaron dos colosos, Arteaga y Jakstas, que anotaron y rebotearon. Esta vez no hicieron falta los triples de Rosa.

El Lleida fue el primero en anotar, pero el OCB respondió con un tremendo 0-20 que estuvo a punto de dinamitar el partido. Jakstas ridiculizaba a Stutz, Geks soltaba su muñeca desde el 6,75 y la intensa defensa individual de los visitantes dejaba sin respuesta a unos locales vacilantes. Superado el bache, el conjunto catalán empezó a utilizar la ventaja al poste bajo de sus exteriores para recortar. Javi Rodríguez recurrió a la zona, pero no salió tan bien como contra el Castelló.

Tras un buen comienzo de segundo cuarto (12-28, con cinco puntos de Bouzán), la ventaja se estabilizó en torno a los diez puntos y después se redujo aún más al descanso, con bajos porcentajes en el tiro y Geks sentado todo el cuarto por dos personales. En el tercer cuarto fue el Lleida el que empezó apretando, pero un triple providencial de Víctor abrió un parcial que llevó al Oviedo a entrar en el parcial decisivo diez arriba (47-57).

Los locales apretaron aún más las tuercas, asfixiando a un OCB que no encontraba soluciones, hasta que se pusieron uno arriba a cuatro minutos del final. Tuvieron su ocasión de separarse, pero Fall falló dos tiros libres (cruz de los locales) y Ahonen y Llorente tuvieron la sangre fría y la calidad para decidir.