No ha perdido aún en Miramar en lo que va de Liga, pero ha ganado más partidos como visitante que como local. El Marino de Luanco tiene la asignatura pendiente de volver a hacer de su feudo un terreno de juego dificultoso y temeroso para sus rivales. Los luanquinos no vencen en su feudo desde la octava jornada, cuando superaron al Siero el 14 de octubre. Casi dos largos meses de espera en la que no han pasado del empate frente al Gijón Industrial, el Lealtad y el Llanera.

Una serie que quieren dejar atrás cuanto antes ya que "llevamos varios empates y en casa no se puede fallar, tenemos ganas de dar una alegría", aseguraba ayer al término del entrenamiento Jorge Cayarga. Por ello, el enfrentamiento de esta tarde (17 horas, Miramar) frente al Condal es crucial para que el Marino recupere su fe y de paso su fortaleza.

El extremo avilesino puede ser uno de los que repita en el once titular que ponga Oli en liza tras el triunfo frente al Madalena de Morcín (0-1), donde el Marino venció con el solitario tanto de Pantiga. El conjunto luanquín, que en esta ocasión contará con la baja del sancionado Luis Morán (dos partidos), así como de los lesionados César Suárez y Álvaro García, tratará de dar un golpe encima de la mesa para recuperar su mejor versión y no perder más distancia con el líder Lealtad. "Si pinchas y ganan se te escapan, pero a ellos se suman el Caudal, L'Entregu o Llanes que hacen que sea una Liga muy competitiva", afirma Cayarga.

Al equipo de Oli le está pasando factura el remate final, ya que el porcentaje de finalización de las jugadas en gol está siendo más bajo de lo esperado, por lo que el técnico pretende que sus jugadores den un paso al frente. "Con la plantilla que tenemos llegarán los goles, estamos defendiendo bien, nos falta rematar", explica el jugador que apunta por cuarta jornada consecutiva al once titular.

El habilidoso extremo avilesino fue uno de los señalados por Oli, de forma positiva, hace escasos días como un ejemplo a seguir por el resto. Tras un comienzo difícil en el que admite que "soy el primero que sé cuándo estoy bien o mal; no tenía confianza, pero seguí trabajando y ahora me encuentro mejor", afirma un Cayarga renacido y que quiere ayudar a los suyos a cerrar la dinámica. Para el jugador, las palabras del técnico fueron un halago, pero también una responsabilidad a la que quiere darle continuidad ante el Condal.