Ni siquiera un campo tan complicado como Gobela, por sus dimensiones y por el estilo de juego del Arenas, puede con este equipo de Javi Rozada, que sigue en estado de gracia. Segunda victoria consecutiva lejos de El Requexón para un conjunto que, lejos de atragantarse con el fútbol directo, dibujó un gran juego raseado para alcanzar la cuarta plaza en la tabla a expensas de lo que suceda hoy en el resto de los encuentros con equipos de esa zona.

Javi Rozada introdujo dos novedades en el once respecto al último partido liguero ante el Mirandés. El lateral zurdo Jero y el centrocampista Marcelo entraron de inicio por los hermanos Mier, uno con el primer equipo y el otro lesionado. La iniciativa correspondió de inicio a los locales, que intentaban con envíos directos meter la presión suficiente al Oviedo, y evitar su juego combinativo. El Arenas se encontraba ante un contrincante bien plantado, que optaba por un esquema 4-1-4-1, con Jimmy como importante apoyo por delante de los centrales.

Las tres primeras claras ocasiones correspondieron a los visitantes en cinco minutos. El primer aviso vino de un duro disparo escorado dentro del área de Borja Sánchez repelido por el guardameta, que poco después vio cómo el balón se estrellaba en el travesaño de su portería en un intencionado chut desde la media luna de Marcelo. Aún hubo una tercera, esta vez con un balón en largo a la posición de un incisivo Ernesto. El delantero centro se fue de su par, rompiendo el fuera de juego, y tras driblar al portero, fuera de su área, su remate final chocó con el cuerpo de Gonzalo.

Al saque del primer córner de los vizcaínos, Roberto casi sobre la línea sacó una peligrosa peinada en el primer palo, con marchamo de gol, en prácticamente la única clara ocasión de los locales. El encuentro era trepidante. El Oviedo exploraba su velocidad y su calidad técnica, y de nuevo el propio Roberto tuvo una acción ciertamente clara pero Carrio volvió a salvar a los suyos. Mediado el primer acto hubo un cierto armisticio, pero Borja decidió romper la tregua con un bonito tanto. El interior zurdo acompañó una jugada desde el otro costado, y tras recibir en el borde del área, regateó a su defensor para definir de tiro raso y cruzado.

Tras el paso por los vestuarios, los jugadores de Javi Rozada seguían igual de concentrados, comportándose como un bloque granítico atrás, y descarado de medio campo hacia adelante. Este último aspecto se incrementó aún más con la expulsión por doble amarilla del medio centro Julen Azkue. Esa circunstancia descentró aún más al Arenas, que entró a partir de entonces prácticamente en crisis total.

El Oviedo vio a su rival herido y entendió que era el momento de solucionar lo antes posible la contienda. Y así lo hizo. El lateral derecho Lucas Ahijado se fabricó una gran jugada y su centro desde línea de fondo lo conectó de cabeza en plancha Ernesto al fondo de las mallas. Su quinto gol del curso fue el anticipo de un nuevo mazazo, apenas un minuto después. Roberto se convirtió en el protagonista del tercer gol en una auténtica obra de arte. El centrocampista destapó el tarro de las esencias con un sombrero espectacular a su defensor, prácticamente en área pequeña, y resolvió con un derechazo que limpió las telarañas de la escuadra.

Faltaba media hora para el final, y el Vetusta evitó cualquier relajación ante un Arenas que apenas dio ciertas señales de vida en alguna acción aislada. Javi Rozada movía el banquillo, e incluso hizo debutar a Joselu, en una convocatoria con varios juveniles incluidos, y es que a pesar de las numerosas bajas del filial, el equipo rozó el diez con ese concluyente cero a tres en el quinto triunfo del curso a domicilio.

Hoy, Sporting B y Langreo. Los otros dos equipos asturianos juegan hoy: Sporting B-Athletic B (12.00, en Mareo) y Langreo-Tudelano (17.00, en el Nuevo Ganzábal).