La seguridad reinó en la final de la locura de River. El amplio dispositivo policial, sin precedentes cercanos en la historia de Madrid, con más de 4.000 agentes -ochenta asturianos- funcionó de forma magistral en la previa y al final del partido. Al cierre de esta edición, no se habían registrado incidentes reseñables entre las dos aficiones. Hubo mucho sufrimiento en las gradas. Tanto que, cientos de seguidores de River, no pudieron aguantar la tensión de los últimos minutos del partido, tuvieron que salir del Bernabéu y acabaron rezando en las aceras de la Castellana. Todo ello con un amplio despliegue "vip" en el palco del estadio del Madrid. Nadie se lo quiso perder. Messi fue una de las principales atracciones, entrando en el Bernabéu entre guardaespaldas bajo la ovación de sus compatriotas. Estuvo en un palco acompañado por Jordi Alba y Busquets, compañeros en el Barcelona. El Cholo Simeone también acudió a Chamartín, así como varios jugadores del Atlético de Madrid. Griezmann, ataviado con una camiseta de Boca, estuvo con Godín en otro palco. Personalidades de la política, del periodismo y de la Judicatura camparon por el Bernabéu. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, charlaba animadamente con Florentino Pérez, su homólogo en el Madrid. Fernando Grande-Marlaska, el ministro del Interior, se cruzó con Mario Vargas Llosa, a pocos metros de James Rodríguez. La lista de famosos, interminable.